Banco de la República: la reforma podría costar 746.000 empleos
Mientras el Gobierno busca alternativas para revivir la reforma, en el Congreso volvió a debatirse un informe que el Banco de la República había publicado sobre la reforma laboral, un análisis demoledor que retomó el senador Honorio Henríquez al señalar que “el Banco de la República estima que se perderían alrededor de 500.000 empleos si se aprueba la reforma laboral”.
Según el informe del Emisor, si la reforma laboral se aprobara en sus términos actuales, el impacto en el empleo podría ser devastador.
“El aumento de los costos salariales recortaría alrededor de 454.000 empleos formales en un horizonte entre tres y cuatro años, aunque la cifra podría llegar a 746.000 puestos de trabajo”, advierte el documento.
El mayor riesgo, según el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, es la pérdida de la formalidad laboral debido al incremento en los costos salariales.
“El costo de las indemnizaciones por despidos sin justa causa genera un riesgo muy importante: que las empresas dejen de contratar trabajadores formales”, sostuvo Villar en un debate de control político en 2023.
“Los resultados indican que, de aprobarse la reforma laboral como se radicó, habría incrementos del costo laboral promedio asociados tanto al componente salarial como al de las indemnizaciones en casos de despidos injustificados”, se lee en el análisis.
Costos adicionales y posibles despidos masivos
El informe también detalla los costos adicionales que enfrentarían las empresas. Según el Banco de la República, “el incremento en el costo laboral promedio oscilaría entre 3,2 % y 10,7 %, y por el segundo, entre 1,2% y 1,9 %, producto de un aumento de 92 % del valor promedio de las indemnizaciones”.
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“El aumento de los costos salariales recortaría alrededor de 450.000 empleos formales en un horizonte entre tres y cuatro años en un escenario de medio impacto, mientras que el incremento de los costos de despido podría tener un impacto en un horizonte más largo”, señala el informe.
Otro de los puntos más controvertidos de la reforma es la afectación a los contratistas independientes. La propuesta gubernamental establece que los trabajadores que ejecuten labores permanentes deberán ser vinculados con contrato a término indefinido, lo que podría dejar sin opciones a muchas empresas del sector público.
“Teniendo en cuenta estos criterios, se encuentran alrededor de 661.000 contratistas independientes”, precisa el documento del Banco de la República.
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El sobrecosto por la masa laboral ascendería al 4,6% ($9 billones) en el escenario de alto impacto, y al 2,3% ($4,6 billones) en un escenario medio. “Ante esta perspectiva, en el sector público se tendría que prescindir de los servicios de muchísimas personas”, advirtió Villar.
Reforma laboral: recargo dominical y festivos
El aumento del recargo por trabajar domingos y festivos, que pasaría del 75% al 100%, tiene un impacto claro en los costos laborales, concluye el análisis. Para ponerlo en perspectiva, se analizaron tres escenarios con una población de 1,9 millones de trabajadores, en sectores donde el trabajo en estos días es más común.
En el primer escenario, si alguien labora 13 domingos y 4,5 festivos al año, el sobrecosto equivale al 0,3% de la masa salarial, es decir, unos $0,5 billones.
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Si se trabaja el doble—26 domingos y 9 festivos—el costo sube al 0,5%, lo que representa $1,1 billones. Y si hablamos de un trabajo constante durante todos los domingos y festivos del año (52 domingos y 18 festivos), la cifra llega al 1,1% de la masa salarial, unos $2,1 billones.
Pero eso no es todo. El informe da cuenta de que, si a este ajuste le suman el impacto de reducir la jornada laboral semanal y otros cambios en los turnos de trabajo diurno, el costo total anual asciende a $6,8 billones, lo que equivale a un 3,4% de la masa salarial, según datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH).
En otras palabras, la medida tiene un peso importante en la nómina de las empresas, lo que podría generar ajustes en la contratación o en las condiciones laborales.
Reforma laboral: licencias de paternidad y costos fiscales
Uno de los cambios que trae la reforma es la ampliación de la licencia de paternidad, que aumentaría en una semana adicional por cada punto porcentual de reducción en la tasa de desempleo estructural. Sin embargo, el Banco de la República también puso sobre la mesa los efectos fiscales de esta medida.
En el caso de que el desempleo se mantuviera o se ubicara por arriba de su nivel estructural y, por tanto, la licencia de paternidad se mantuviera en dos semanas, la reforma tendría un incremento en costo fiscal de la licencia de $1,07 billones.
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“En el caso de que el desempleo en 2025 disminuyera en 3 pp o más de su nivel estructural, el sobrecosto sería de $0,74 billones”, indica el informe.
¿Y ahora qué sigue para la reforma laboral?
Con la reforma laboral enterrada en el Senado y la amenaza de una consulta popular en el horizonte, el panorama político y económico de Colombia se torna incierto.
Mientras el Gobierno defiende su iniciativa como una herramienta para mejorar las condiciones de los trabajadores, los sectores productivos alertan sobre su impacto en la economía y el empleo formal.
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Camilo Cuervo, socio en Holland & Knight, no ve mayores consecuencias si la reforma laboral no pasa el filtro del Congreso.
“Si se hunde la reforma, no pasa nada, absolutamente nada. El Gobierno podría presentar otro proyecto o, como ya lo está anunciando, llevar el tema a consulta popular. Pero, en mi opinión, eso no tiene cabida, porque no se pueden someter proyectos de ley enteros a consulta. Solo se permite una pregunta única con respuesta de sí o no”, explicó.
Pero además, Cuervo advierte que cualquier intento de consulta tendría que pasar por el Senado, “el mismo Senado que el presidente ha estado atacando en las últimas 24 horas y que, paradójicamente, tendría que aprobar la pregunta”.
Para el experto, esto no es más que “un globo y una cortina de humo para capitalizar políticamente el hundimiento de la reforma”.
Sobre los efectos del fracaso de la reforma, Cuervo es claro: “Ningún derecho de los trabajadores se ve afectado porque, en realidad, era una reforma regresiva. Nos devolvía 20 años en temas como recargos nocturnos y dominicales, y casi 30 en la laboralización del contrato de aprendizaje”.
También cuestionó el enfoque sindical de la propuesta, que, según él, “partía de la confrontación entre empleador y trabajador, algo que no es positivo”.
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En su opinión, lejos de perjudicar a los empleados, el hundimiento de la reforma es una victoria. “Se mantiene el poco empleo formal que tenemos y, en plena crisis económica, evitamos un incremento en los costos laborales”, señaló.
Sobre el impacto en los aprendices, Cuervo asegura que “si la reforma se aprobaba, en la práctica los aprendices iban a desaparecer porque se volvían demasiado costosos y riesgosos para las empresas”. Según él, el actual esquema de contrato de aprendizaje permite que los jóvenes se capaciten y accedan al mercado laboral, algo que se habría perdido con la reforma.
La reforma laboral que sí necesita Colombia
Para Cuervo, el verdadero problema no es el desempleo, sino la informalidad. “El desempleo en Colombia lleva años moviéndose entre el 9% y el 11%, pero el gran problema es la informalidad: gente que trabaja y tiene ingresos, pero no cotiza a la seguridad social, no tiene derecho a descanso ni salario mínimo”, explicó.
Por eso, la reforma que el país necesita es una que fomente la formalización. “Si logramos reducir la informalidad, incluso la reforma pensional perdería urgencia, porque el problema real es que la gente no cotiza. Si lo hiciera, no tendríamos tantos ancianos sin pensión”.
También insistió en la necesidad de adaptar la legislación laboral a las nuevas realidades del trabajo. “Tenemos que buscar mecanismos alternativos, retomar el debate sobre el trabajo en plataformas, que curiosamente era el único punto positivo de la reforma de Petro”, señaló.
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De esta manera, Cuervo destacó la importancia de “integrar la inteligencia artificial en los procesos productivos, impulsar el teletrabajo y fomentar empleos a tiempo parcial y por horas, para que las nuevas formas de empleo encajen en la legislación”.
Según él, más que mirar al pasado, Colombia debería estar enfocándose en el futuro del trabajo.
