Juan David Ochoa confiesa que, a comienzos de 2019, estuvo a punto de colgar definitivamente la bicicleta.
“Es que cuando no se dan los triunfos en el ciclismo entrás en un estado de impotencia que te lleva a cuestionarte. Además, un dolor lumbar me impidió rodar entre noviembre y enero. Ya sumaba, prácticamente, dos años sin destacados resultados luego de ser campeón nacional élite en 2017. Se sufre porque no ves la recompensa a los esfuerzos”.
Sin embargo, Juan David encontró en sus padres, Juan José Ochoa y Milena Henao, creadores de la Fundación Saetas, que dona refrigerios a deportistas necesitados, el apoyo moral para seguir firme en el pedalismo.
“Me decían que no echara por la borda cinco años de entreno, de dedicación. Ver el optimismo de mi papá, pese a estar desempleado, me hizo entender que uno no se podía rendir tan fácilmente”, cuenta el corredor tras convertirse, el pasado fin de semana, en una de las grandes sorpresas en la Copa Colombia de pista que tuvo lugar en Medellín.
En la prueba de la velocidad, este deportista, de 21 años y en representación del club Amigos del Ciclismo, se llevó la medalla de oro. Se impuso ante hombres que hacen parte de la Selección Colombia, como Carlos Echeverry y dos consagrados como Santiago Ramírez y Kevin Quintero.
“Lo primero que hice, cuando gané en la velocidad, fue alzar la mirada y darle gracias a Dios. Hasta se me erizó la piel de la felicidad porque la verdad, antes, veía a aquellos rivales inalcanzables por el talento que poseen. Pero ahora comprendí que no estoy lejos de ellos”, comenta Ochoa, quien en la Copa fue, además, presea de plata en 500 metros y bronce en el keirin.
“Hasta el técnico de la Selección Colombia de pista -John Jaime González- me dijo que así tenía que seguir, estaba muy feliz con mi actuación”, indica el pistero, quien espera continuar imponiendo su potencial cuando asista, por primera vez, a los Juegos Nacionales, certamen que se cumplirá entre el 15 y el 30 de noviembre próximo y que tendrá las competencias de pista en Cali.
“La confianza ahora es mayor. Recuerdo que en varios entrenamientos, debido a la exigencia, hasta vomitada, pero no desfallecí. Mi meta es integrar la Selección Colombia y lograr victorias en el exterior, y con estos buenos resultados sé que aún no es tarde para lograrlo”, agrega Ochoa, residente del barrio El Picacho, comuna 6 de Medellín, de donde baja raudo, cargado de alegría y motivación para conseguir sus metas .