A partir del 29 de septiembre, la Tierra estará acompañada no solo por su tradicional Luna, sino por un nuevo cuerpo celeste: el asteroide 2024 PT5, que se convertirá temporalmente en una segunda “miniluna”.
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Este fenómeno poco común, que durará hasta el 25 de noviembre, fue detectado por el observatorio ATLAS, financiado por la NASA, en Sudáfrica el pasado 7 de agosto, y aunque parezca una escena sacada de una película de ciencia ficción, esta no es la primera vez que a nuestro planeta lo acompaña, temporalmente, un objeto similar.
¿Esto por qué sucede?
Resulta que el asteroide 2024 PT5, con un tamaño estimado de entre 10 y 42 metros de diámetro, será capturado por la gravedad terrestre, lo que permitirá que orbite alrededor de la Tierra durante 56 días antes de regresar a su órbita alrededor del Sol.
Según Carlos de la Fuente, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor principal del estudio, este tipo de eventos, conocidos como minilunas, no son del todo inéditos.
“En 2020, el asteroide 2020 CD3 orbitó la Tierra de manera similar, aunque no son fenómenos fáciles de detectar debido a su tamaño reducido y a su corta duración”, explicó el investigador.
¿La “miniluna” representa algún peligro para la Tierra?
No, pues su órbita lo mantendrá a una distancia segura, aproximadamente 10 veces la distancia entre nuestro planeta y la Luna.
Además, Robert Jedicke, experto en cuerpos del sistema solar, le mencionó a CNN en español, que estos eventos dependen más de la velocidad y trayectoria de los asteroides que de su tamaño.
“La mayoría de los asteroides pasan demasiado rápido o en ángulos incorrectos para ser capturados por la gravedad terrestre, pero a veces las condiciones se alinean y el asteroide se convierte brevemente en una miniluna”, dijo.
¿Se podrá observar la “miniluna”?
Para los aficionados a la astronomía, este fenómeno será difícil de observar, pues según De la Fuente, “el asteroide es demasiado tenue para ser visto con telescopios convencionales o binoculares”.
Sin embargo, los astrónomos profesionales podrán rastrear su movimiento utilizando telescopios avanzados equipados con detectores especializados como los CCD o CMOS, ya que estas herramientas permitirán captar la luz del asteroide y generar imágenes detalladas que contribuirán al estudio de este objeto.
Ahora, este fenómeno lo que brinda es una ventana única para entender mejor la dinámica de los cuerpos cercanos a la Tierra y sus interacciones con el planeta, puesto que aunque el 2024 PT5 pronto regresará al espacio profundo, los astrónomos esperan seguir observándolo en futuros sobrevuelos.
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