Una de las críticas más frecuentes a los proyectos de energía solar ha sido su falta de confiabilidad. La razón es simple: solo producen electricidad cuando hay luz solar, lo que significa que durante las noches o en días nublados, no hay generación de energía o se produce menos. Esto se vuelve problemático porque, precisamente, en esos momentos, es cuando la demanda de electricidad tiende a ser mayor en todo el país. Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos almacenar esa energía generada durante el día y usarla cuando más la necesitamos?
Esta pregunta ya tiene respuesta gracias a la innovación tecnológica de Erco Energy, que está desarrollando la primera granja solar en Colombia equipada con un sistema de almacenamiento de energía a gran escala, un hito sin precedentes para el sector eléctrico colombiano.
Este proyecto pionero, llamado “La Martina”, está ubicado en el municipio de Paratebueno, entre los departamentos de Cundinamarca y Meta, y será el primero en el país en contar con una batería de almacenamiento de 6,9 megavatios.
Dicha batería, compuesta por celdas de litio, estará equipada con un avanzado sistema de refrigeración líquida, además de tecnología de monitoreo y control inteligente para asegurar un funcionamiento óptimo.
Actualmente, el proyecto está en un 80% de construcción, y la batería, que viene en camino desde China, será integrada en los próximos meses. Si todo marcha según lo previsto, la granja solar entrará en operación en marzo del próximo año, marcando un antes y un después en la forma en cómo Colombia gestiona su energía renovable.
¿Qué implica este avance?
La incorporación de esta tecnología permitirá que la granja solar no solo genere energía durante el día, sino que pueda almacenar el excedente y liberarlo en momentos de alta demanda, como en las noches o cuando las condiciones climáticas no son favorables.
En términos concretos, el sistema de almacenamiento le permitirá a “La Martina” generar 2.200 megavatios adicionales al año. Esto no solo incrementa la eficiencia del proyecto, sino que además tiene un impacto significativo en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que se estima que disminuirá en 339 toneladas las emisiones de CO2 anuales, lo que equivale a plantar alrededor de 2.372 árboles.
Según Santiago Parra Posada, gerente de Nuevos Negocios de Erco Energy, este tipo de innovaciones es clave para el futuro del sector energético en Colombia.
“El país está acelerando la adopción de fuentes de energía renovable no convencionales, como la solar. Sin embargo, este crecimiento presenta retos importantes para las redes de transmisión y distribución de energía, ya que la generación no siempre coincide con la demanda. Por eso, hemos decidido incorporar sistemas avanzados de almacenamiento en baterías, utilizando tecnología de litio de última generación, sistemas de refrigeración líquida y tecnología de gestión inteligente. Esto no solo nos permite ser más eficientes, sino también consolidar nuestra posición como pioneros en el desarrollo de proyectos de este tipo en Colombia”.
Además de utilizar energía limpia durante la noche, al implementar proyectos de almacenamiento de energía combinados con fuentes solares en diversas regiones del país, lo que Erco está haciendo es mejorar la calidad de la red eléctrica.
“Estos proyectos traen beneficios indirectos, pero significativos, para las comunidades cercanas. Al aumentar la capacidad y la estabilidad de la red, se reducen los cortes de energía y las pérdidas que ocurren al transportar electricidad desde centrales de generación distantes hasta las zonas urbanas. A menudo, los proyectos solares están más cerca de las poblaciones, lo que contribuye a que la energía llegue de manera más eficiente”, anota el directivo.
Todo esto suma de manera considerable a la transición energética, pues el almacenamiento de energía es un gran habilitador para que los proyectos de transición, especialmente aquellos basados en fuentes renovables no convencionales, se vuelvan una realidad.
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Un gana-gana
En el futuro, si el país sigue aumentando la capacidad de generación solar, al mediodía habrá un exceso de oferta de energía debido a la gran producción solar. Sin embargo, en otros momentos del día, especialmente durante la noche, el sistema dependerá de otras fuentes. Antes de la llegada del almacenamiento de energía, se dependía principalmente de dos frentes: la energía hidroeléctrica y, en ausencia de esta, las plantas térmicas (gas, carbón y diésel).
El problema con la energía hidroeléctrica es que está sujeta a la variabilidad climática. Cuando enfrentamos fenómenos climáticos extremos como El Niño, el nivel de los embalses baja drásticamente, lo que limita la capacidad de generar energía desde fuentes hídricas.
Esto obliga a recurrir a fuentes térmicas, que son grandes emisoras de gases de efecto invernadero. Paradójicamente, cuando haya mucha generación solar, también se necesitaría respaldar el sistema con energía térmica para evitar apagones.
Aquí es donde las baterías juegan un papel crucial. “Con su implementación, podemos almacenar el exceso de energía solar durante las horas de mayor producción y liberarla cuando más se necesite, reduciendo la dependencia de fuentes térmicas y, por ende, las emisiones contaminantes. Esto resuelve en parte la paradoja de la transición energética”, explica Parra
La visión a futuro de Erco Energy es ambiciosa. La empresa espera que, para el año 2030, su capacidad de almacenamiento en baterías alcance los 1,6 gigavatios, con lo que lograría una participación del 30% en el mercado colombiano de energías renovables. Este tipo de proyectos no solo son una solución técnica, sino que también representan un paso importante hacia un sistema energético más limpio y sostenible en el país.
El buen momento
Pero, si la tecnología de almacenamiento de energía es tan revolucionaria, ¿por qué no se implementó antes en Colombia? Según Parra, hay dos razones fundamentales que explican por qué esta tecnología no se adoptó hasta ahora.
“El primer factor es el costo. En 2010, almacenar un kilovatio hora de energía costaba unos 1.400 dólares. Hoy, ese mismo proceso cuesta alrededor de 140 dólares, lo que representa una reducción de diez veces en apenas una década. Si estuviéramos teniendo esta conversación hace cinco años, te habría dicho que, aunque es una tecnología interesante, era financieramente imposible de implementar”.
El segundo factor que menciona es la mejora en la capacidad de almacenamiento, lo que se conoce como densidad energética.
“La densidad energética mide cuánta energía podemos almacenar en un espacio limitado. Para ponerte un ejemplo, en el proyecto ‘La Martina’ vamos a tener tres contenedores que almacenarán un total de 6,9 megavatios de energía. Sin embargo, en futuros proyectos, gracias a los avances tecnológicos, podríamos tener una batería un poco más pequeña, de 4,5 megavatios, pero que solo ocuparía un contenedor. Esto muestra el rápido avance que estamos viendo en el mundo del almacenamiento de energía”.
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Además, la vida útil de estas baterías es de aproximadamente 20 años, lo que garantiza una operación prolongada y confiable.
A su vez, Erco Energy ya está trabajando en colaboración con empresas nacionales para desarrollar un plan que permita darle una “segunda vida” a las celdas de litio una vez terminen su ciclo de uso, asegurando así una gestión sostenible y responsable de estos recursos a lo largo de todo su ciclo de vida.
Este avance forma parte del crecimiento de Erco Energy. En 2019, la empresa contaba con alrededor de 290 proyectos de energía solar y una capacidad instalada de 6 megavatios pico. Sin embargo, para diciembre de 2024, se proyecta que la compañía alcanzará los 2.179 proyectos, con una capacidad instalada de 265,6 megavatios pico.
Este incremento representa un crecimiento del 759% en la cantidad de proyectos y del 4.551% en la capacidad instalada, siendo la línea de negocio Utility Scale la más importante, ya que contribuirá con 189,45 megavatios pico, lo que equivale al 71,3% de la capacidad total de la empresa.
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