Gonzalo Pérez y su primer año al frente del Grupo Sura

A semanas de cumplir 12 meses en la presidencia, habló de los retos y logros del holding durante la coyuntura.

Gonzalo Pérez, presidente de Grupo Sura, habló de los retos que trajo la pandemia para la compañía. FOTO cortesía grupo sura

El 27 de febrero del año pasado, el Grupo Sura dio a conocer que su nuevo presidente sería Gonzalo Pérez, quien hasta ese momento se había desempeñado durante 38 años en la compañía, 16 de ellos al frente de Suramericana. Tomaría las riendas del cargo que dejó David Bojanini, quien presentó su renuncia para disfrutar de su jubilación.

Así, Pérez asumió su nuevo rol el 1 de abril en el marco de la etapa más estricta del aislamiento en el país como medida para mitigar los efectos del virus. Casi un año después, y mirando por el retrovisor, destaca la importancia de haber conservado y generado empleo, así como el hecho de reducir la tasa de letalidad entre los afiliados, en comparación con la del mundo.

En entrevista con EL COLOMBIANO, el ejecutivo hace un balance de lo que ha sido su primer año en el cargo, las expectativas sobre la reforma fiscal que se avecina en el país y asegura que el gran reto para las empresas es generar un crecimiento “mucho más armónico para la sociedad” desde sus productos y servicios.

¿Cómo fue asumir las riendas de Grupo Sura en medio de una pandemia?

“Tenía la ventaja de llevar 38 años en el grupo y 16 años en la presidencia de Suramericana, eso facilitó un poco recibir el Grupo Sura. Lo desafiante, independientemente de que estuviera empezando la pandemia, eran los objetivos de un año como el anterior y las decisiones que para la filosofía del grupo era fáciles de tomar. En abril, sin saber cómo nos iba a ir, por ejemplo, desde lo financiero, la primera decisión fue salvar vidas, lo que implicó llegar a una tasa de letalidad del 0,63 %, que es la cuarta parte de la del mundo. Mientras en el planeta se morían cuatro personas por covid-19, a nosotros se nos moría una persona, que es mucho, pero se salvaban tres vidas. Eso implicó, en el caso de Suramericana, inversiones de 1,4 billones de pesos solo por la pandemia.

Lo segundo fue conservar empleo, una decisión muy importante; son más de 30.000 trabajos que genera este grupo y al final del día se incrementaron en alrededor de 2.500 personas nuevas. Cerramos, no solo con los puestos que empezamos, sino con muchos más.

En tercer lugar, estuvo el hecho de apoyar a personas y empresas a través de las filiales y se hizo con la EPS, la ARL y los fondos para financiar las pymes en los que a través de Empresas Sura, en Suramericana, más de 100.000 pymes en la región se acompañaron en su competitividad.

Lo último era cuidar la liquidez de las compañías para sortear algo que hace 100 años no ocurría (una pandemia) y al final podemos decir que estos negocios mantuvieron márgenes de solvencia internos, que son más exigentes que los regulatorios. Esa liquidez nos permitió decretar un dividendo de 351.000 millones de pesos, con un incremento de 3,5 %, más de dos veces la inflación, y que además tiene la virtud de que le llega directa o indirectamente a 17 millones de personas, que son los colombianos afiliados a los fondos de pensiones (dueños del 29 % de Grupo Sura).

También fue relevante el crecimiento de las empresas. Suramericana llegó a 19 billones de ingresos, una cifra bastante importante, con un crecimiento del 8 % en primas emitidas; y Sura Asset Management (Sura AM) a 2,8 billones de comisiones, con una variación de 3,2 %. En el 2020 las compañías cumplieron sus presupuestos como si no hubiera habido pandemia y la relevancia frente a los clientes se dio ahí, en que se mantuvieran y crecieran. Además, reducir el endeudamiento en el consolidado en 450.000 millones de pesos tampoco fue menor.

Al final del día las utilidades se vieron impactadas y aunque lejos de lo que queríamos, las tenemos: $336.000 millones. Con todo esto decimos ‘estos eran los retos y en buena parte se cumplieron”

¿En qué países se afectaron más los negocios?

“La mayor afectación fue en Colombia, por lejos. Desde el punto de vista de donde vienen nuestros ingresos, en el neto el impacto fue de casi $500.000 millones, mucha plata, pero para Suramericana era la diferencia entre haber hecho un muy buen año a un año con utilidades de $217.000 millones, pero que nos impactó en la reducción frente a 2019. También se vio afectado Protección, pero adicionalmente el negocio en Colombia se afectó por nuestros métodos de participación en el banco (Bancolombia) que tuvo unas provisiones muy importantes. Tal vez el menos golpeado fue Chile, donde le fue bien a Suramericana y a Sura AM y países como Panamá, República Dominicana y México también hicieron un buen ejercicio. El balance es importante porque se observa cómo los otros países empiezan a equilibrar los resultados de estas compañías en momentos críticos”.

¿Cuál considera que ha sido el rol de Grupo Sura para apoyar la recuperación económica en Colombia?

“La conservación de más de 30.000 empleos de calidad es bastante importante; igualmente, el incremento de vacantes y tener 2.500 empleados más es un apoyo directo para la reactivación en Colombia. También es relevante lo que se hizo a través de las compañías, se nos había olvidado que salud es igual a competitividad y lo importante que es su conexión con la economía, allí nuestra contribución desde la EPS y la ARL fue fundamental, además del apoyo a las pymes a través de los fondos de Sura AM y de Empresas Sura. Por otro lado, estuvo la inversión entre la Fundación Sura y los países en 91.000 millones de pesos, durante 2020, en Unidades de Cuidados Intensivos y el respaldo a educación y entidades culturales”.

¿Qué esperan para este año?

“Vamos a tener un año mejor que el anterior, así lo están proyectando cada una de las compañías y por ende Grupo Sura en muy buena parte se plantea inversiones de Sura AM y de Suramericana por 92 millones de dólares (38 millones de la primera y 54 millones de la segunda). Eso es meterle plata a la economía y va para modelos operativos que llevan a seguir trabajando en eficiencia y competitividad. Se espera un crecimiento de entre el 8 % y el 10 % de los ingresos de las empresas y unas utilidades mejores que las del año pasado, sin llegar todavía a las de 2019. Vemos un año de transición”.

Frente a la reactivación económica, ¿cuáles serán las claves?

“La vacunación es la primera porque implica normalización de la economía y confianza. Si hay algo que impacta mucho la actividad productiva es la incertidumbre; siempre vamos a vivir en incertidumbre, pero reducirla es muy importante porque estimula la inversión. Para mí, además, una de las grandes claves es cómo vamos a apoyar la reactivación de las más de 9 millones de pymes en la región, porque son altísimas generadoras de empleo y de distribución de la economía. Con esto se impactan dos cosas: el empleo y la formalización, y la democratización del crecimiento económico”.

Esta semana Fitch le redujo la calificación al Grupo (BBB a BBB-) y ustedes aclararon que era exclusivamente a escala internacional. ¿Cómo va esa situación con las calificadoras?

“Fitch nos redujo la calificación y estaba dentro de las expectativas porque ello habla de que los países están en perspectiva negativa. Hacemos parte de una economía mundial en la que veíamos venir que las calificadoras tuvieran miradas diferentes a las que teníamos sobre algunos territorios y sobre las empresas. Entonces lo preveíamos, pero lo importante es que conservamos grado de inversión internacional después de una pandemia”.

¿Qué expectativas tiene frente a la reforma fiscal que se avecina en el país?

“La primera es que sea una reforma que de alguna manera ataque el principal problema que tiene Colombia que es evasión y elusión. Lo segundo es que habilite la inversión, porque eso es un círculo virtuoso desde el punto de vista del crecimiento de la economía. En la medida que se habilite y se facilite la inversión se generará empleo y con ello se reduce la informalidad. Finalmente, todos hablamos de ampliar la base tributaria, claro que hay que hacerlo, el Estado somos todos y la mayor contribución fortalece la economía y la salud fiscal del país”.

Además de lo laboral, ¿cuáles son las consecuencias de la pandemia más urgentes de atender?

“Hay un tema de competitividad detrás que es muy importante. Lo que tenemos que buscar las empresas es cómo a través de nuestros productos y soluciones, y más allá de la generación de empleo, entreguemos un crecimiento mucho más armónico de la sociedad. Ese ejemplo lo tenemos nosotros a través de la EPS, en el sentido que la tasa de letalidad que mencionaba del 0,63 % es para la persona del salario mínimo y para la que tiene 25 salarios mínimos de cotización. Sí es posible cerrar brechas a través de los objetos sociales de las compañías. Ese es el gran reto que tenemos al final”.

¿Cuál es la gran lección que le ha quedado como empresario con esta pandemia?

“Elevar el nivel de consciencia, ser capaces de mirarnos en el otro y valorar cosas que se nos van olvidando como la salud pública, porque estábamos muy atentos a la salud propia cuando la perdíamos, pero hoy creo que tenemos presente la de todas las personas. Ojalá eso no se nos olvide”