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En Colombia ocurren fenómenos meteorológicos en las diferentes regiones que lo convierten en un país heterogéneo. En Antioquia y el Valle de aburrá, por ejemplo, se dan tormentas de gran magnitud, en Bogotá granizadas”, en la costa Caribe hay vientos fuertes y trombas de agua y en el resto del país hay zonas de huracanes, de altas y bajas temperaturas y presiones, entre otros.
Por esta razón, explicó la directora general del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, Yolanda González, es necesario que desde la academia, su ciencia y su conocimiento, se haga acompañamiento e investigación propia sobre las condiciones climáticas de los diferentes territorios.
Esto ya lo viene haciendo el Ideam hace años: estudiar los ecosistemas del país, recopilar, procesar e interpretar información y datos sobre las regiones; recopilar datos meteorológicos e hidrológicos para realizar pronósticos y alertas sobre el comportamiento del clima en las poblaciones para prevenir y reducir riesgos asociados al clima, etc.
Sin embargo, en algunas zonas del país esta labor se queda corta, no alcanza a ser precisa, a puntualizar, y ahí es donde aparecen los Centros Regionales de Pronósticos y Alertas, que trabajan con el Ideam y, en ocasiones, con los gobiernos territoriales.
Le explicamos la importancia de estos centros desde el punto de vista de meteorólogos, socorristas y economistas.
¿Qué es un centro regional?
Pronósticos diarios del tiempo, análisis de presión climática a nivel departamental con precisión a largo plazo (de tres meses), alertas asociadas a fenómenos meteorológicos amenazantes como deslizamientos de tierra e incendios de cobertura vegetal; y alertas hidrológicas asociadas a crecientes súbitas y desbordamientos de cauces son algunas de las funciones de un centro regional de pronósticos y alertas.
González agregó que estos centros buscan también llegar a las comunidades, a través de diferentes medios, para lograr retroalimentación y apoyo, y que permiten hacer análisis locales y regionales más detallados, con mayor precisión.
Hasta ahora hay cuatro centros. El de Antioquia, que fue el que inició con el proyecto hace casi ocho años, en julio de 2013, que emite cuatro boletines diarios (tres para las nueve subregiones de Antioquia en la mañana, tarde y noche y uno para Hidroituango) y que ya acumula 7.500 boletines para el departamento con promedios de 900 al año y 1.760 boletines para Hidroituango desde 2017.
“Hacemos análisis de ríos, precipitaciones y demás para que la gente conozca el monitoreo, los pronósticos y las amenazas”, contó González, “y el centro está enlazado con Bogotá. Se conectan en comités nacionales de meteorólogos todos los días”.
En Duitama hay otro que cubre Casanare y Boyacá. Se emite un boletín diario para cada departamento en temas de heladas, glaciares y páramos.
El de Bucaramanga funciona en convenio con la gobernación, emite dos boletines al día y se ha ampliado para los departamentos de Arauca, Norte de Santander y Santander.
El centro de San Marcos ejemplifica la importancia del contacto con la comunidad, comentó la directora: “la predicción climática le sirve a las industrias, empresas y al sector público, privado. En La Mojana tenemos contacto con arroceros, pescadores, ganaderos, agricultores, para mantenerlos informados y hacer retroalimentación”.
¿Por qué son importantes?
De acuerdo con Leonardo Ruales, meteorólogo del Centro Regional de Pronósticos y Alertas de Antioquia, estos espacios territoriales permiten descentralizar el pronóstico nacional y darle particularidad regional. “Se pretende que haya mejor monitoreo a escala teniendo en cuenta las condiciones de cada región dada nuestra heterogeneidad”.
Ruales agregó que esas condiciones merecen monitoreos puntuales que permitan entender los fenómenos amenazantes, como el comportamiento de las lluvias o los vientos. “Si bien el Ideam tiene monitoreo nacional las 24 horas de todos los días, les queda difícil hacer el ejercicio con exactitud para cada región”.
A esto adhirió Christian Euscategui, director de la Maestría de Gestión de Riesgo y Desarrollo de la Escuela de Ingenieros Militares y asesor de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo.
“Hay situaciones a nivel territorial que el Ideam desconoce. Estos centros nacen de la necesidad de aterrizar pronósticos y alertas nacionales que pueden no tener el suficiente detalle”. Contó que debe haber más resolución espacial y temporal para definir con certidumbre los pronósticos y salvar vidas.