Veinticuatro años y cuatro mudanzas no lograron borrar la tinta ni el profundo valor de una nota manuscrita. Se trata de una carta maternal, escrita por la auxiliar de vuelo Cee Cee Lyles a la maestra de su hijo, que, sin saberlo, se convertiría en uno de los testimonios más emotivos de la tragedia del 11 de septiembre de 2001.
Lyles, miembro de la tripulación del heroico vuelo 93 de United Airlines, dejó un legado de amor y orgullo que, plasmado con sus propias manos, décadas después, regresó a la propiedad de su hijo, Jevon Castrillo.
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El orgullo de una madre preservado en el tiempo
La nota, breve y entrañable, fue escrita en un momento cotidiano antes de que la vida de Lyles fuera arrebatada. En ella, la madre —expolicía de Fort Pierce— celebró un logro fundamental: su hijo Jevon había terminado de leer un libro por sí mismo.
La carta, dirigida a la maestra Tammy Thurman de la escuela de su hijo, expresó con claridad el éxito de Jevon y el agradecimiento por la labor de la educadora. Lyles escribió:
“Anoche Jevon leyó un libro que trajo de la biblioteca. Lo leyó de principio a fin. Le dije que le escribiría una nota para contarle el excelente trabajo que hizo”.
Esta sencilla carta, que resaltó el orgullo familiar y la disposición a seguir apoyando al niño en casa, se convirtió en un recuerdo tangible del amor y las expectativas de Cee Cee Lyles para el futuro de su hijo.
La custodia de un vínculo inquebrantable
La maestra Tammy Thurman, consciente del valor intrínseco de ese gesto materno, decidió guardar la carta. A pesar de los años, los cambios de escuela y la pérdida del sobre original, Thurman conservó el papel con mucho cuidado hasta 2025.
Su objetivo siempre fue el mismo: que la nota regresara a Jevon, la persona para quien había sido escrita y tenía el mayor peso sentimental.
En septiembre de este año, el periodista local Jon Shainman asumió la tarea de entregar el documento. El reencuentro, capturado por las cámaras de WPTV en West Palm Beach, fue un momento especial, sobre todo siendo el mes de la conmemoración del accidente.
Jevon Castrillo, hoy adulto y padre primerizo a sus 30 años, leyó en voz alta las palabras de su madre. La emoción lo sobrepasó y, entre lágrimas, confirmó que el tono y el mensaje “eran exactamente algo que ella habría dicho”.
“Como madre, sé que necesitas leer esas palabras de tu madre,” explicó la maestra Thurman, permitiendo que ese orgullo materno, preservado a lo largo de los años, alcanzara finalmente a su real destinatario.
Un símbolo de resistencia y amor: la historia del vuelo 93
Cee Cee Lyles es recordada no solo por su amor de madre, sino también por su valentía como tripulante del vuelo 93. La historia de ese avión es notable, pues los pasajeros y la tripulación se rebelaron contra los terroristas de Al Qaeda que lo habían secuestrado.
Lyles se comunicó con su esposo y dejó grabado un mensaje, informándole sobre la situación y el plan de resistencia. Su participación activa, junto con las otras 39 personas, evitó que el avión impactara su supuesto objetivo, el capitolio en Washington.
Al final, el vuelo se estrelló en un campo vacío de Shanksville, Pensilvania, a las 10:03 de la mañana, y se convirtió en uno de los capítulos más recordados de la resistencia civil durante la tragedia del 11 de septiembre de 2001. La memoria de Lyles ha sido honrada con una estatua conmemorativa en su ciudad natal.