En un reciente informe, la organización Médicos Sin Fronteras aseguró que los bombardeos no sólo han causado la muerte de miles de personas, sino que se ha llevado consigo toda una historia y una cultura. La destrucción del territorio palestino es una acción física y simbólica.
La organización aseguró que están presenciando “la destrucción de la atención sanitaria, los ataques indiscriminados contra la población civil, la privación de ayuda (alimentos, agua, electricidad, combustible, suministros médicos), el desplazamiento forzoso de la población dentro de Gaza y la devastación de edificios e infraestructuras”.
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Adicionalmente, en su informe también presentaron un video en el que, recolectando imágenes satelitales, lograron mostrar cómo se ha ido desarrollando la demolición de casi la totalidad del territorio y de infraestructuras básicas (hospitales, universidades, escuelas, carreteras).
Esta demolición es sistemática, y se produce no solo mediante bombardeos, sino también con maquinaria de construcción que ingresa deliberadamente a los territorios palestinos.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), 436.000 unidades de vivienda (92% del total) han sido destruidas (160.000) o dañadas (276.000); y según la OMS, el 94% de los hospitales han sido alcanzados por los ataques. Solo la mitad de los centros hospitalarios están parcialmente funcionales (18 de 36).
Además, las estimaciones de las organizaciones internacionales establecen que en la Franja hay más de 50 millones de toneladas de escombros que cubren el paisaje, y se necesitarán más de dos décadas para limpiarlos.
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