Funcionó la estrategia del gobierno Petro: así seis congresistas le dieron un aire a la desahuciada reforma a la salud

El Gobierno fracturó igual número de partidos y logró que algunos de sus congresistas apoyaran en 24 horas el polémico proyecto. La ponencia positiva llegó en un ambiente de secretismo.

Arriba, en primera fila: Alfredo Mondragón y Juan Carlos Vargas. Segunda fila: Gerardo Yepes Caro y Germán José Gómez. Tercera fila: Martha Lisbeth Alfonso y Camilo Estebán Ávila. FOTOS: CÁMARA DE REPRESENTANTES

A las 5:20 de la tarde de este viernes, mientras la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes permanecía vacía y a tan solo horas del inicio de la Semana Santa, seis congresistas le lanzaron un salvavidas a la desahuciada reforma a la salud del gobierno de Gustavo Petro.

Al estampar su firma para la radicación de la ponencia, seis representantes a la Cámara integrantes de esa Comisión confirmaron el plan que se puso en marcha desde Palacio para dividir por dentro a los partidos –como lo anticipó EL COLOMBIANO– y tratar de salvar así este proyecto que perdió el apoyo oficial de los partidos Liberal, Conservado y La U.

En el nuevo texto de la ponencia, del que se apartaron los jefes de esos tres partidos, se evidenció un articulado de la reforma casi igual al que hizo romper los acuerdos del Gobierno y de paso la coalición oficial ya que, por ejemplo, en el artículo 141 el Gobierno le pone los ‘santos óleos’ a las EPS.

En este punto se ratifica que las entidades promotoras de salud, como se han conocido en los últimos 30 años, desaparecerían para convertirse en otra cosa. El artículo 141 señala que las “que actualmente se encuentran operando en el Sistema General de Seguridad Social en Salud continuarán haciéndolo hasta por 2 años siempre que cumplan las condiciones de permanencia que se les aplica”.

Como lo expone la misma ponencia en el numeral 5 de ese artículo, al transcurrir ese tiempo las aseguradoras que cumplan los requisitos para convertirse en Entidades Gestoras de Salud y Vida (EGSVI) en los tres meses siguientes y “podrán ser de naturaleza privada o mixta y su conformación, habilitación y funcionamiento estará conforme a las condiciones y plazos señalados en la presente Ley”.

Más adelante lo deja más en claro en el parágrafo primero del mismo artículo 141, cuando menciona que “la transformación de las actuales EPS en Entidades Gestoras de Salud no implica su liquidación sino un proceso de disolución”. Y añade que, luego de esta disolución, “los activos, pasivos, patrimonio, pasarán en bloque a la Entidad Gestora de Salud y Vida con subrogación de todos los deberes, derechos y obligaciones”.

¿Quiénes firman la ponencia?

El informe de ponencia positiva fue presentado –con júbilo y satisfacción– por el representante Alfredo Mondragón del Pacto Histórico, nada menos que el coordinador ponente, así como por el representante de la curul de víctimas Juan Carlos Vargas.

“La reforma está vigente y le vamos a permitir a Colombia discutirla en el seno del Congreso”, celebró Mondragón, mientras que Vargas destacó que el documento “recoge las observaciones y propuestas que realizaron diferentes actores”. Sin embargo, en el documento llama la atención las firmas de otros ponentes que –en contravía de lo expresado por los jefes de los partidos–, adhirieron a la iniciativa y actuaron en libertad para respaldar la ponencia.

Es el caso de Gerardo Yepes, del Conservador (quien también es coordinador ponente) y Camilo Ávila, de la U (ponente).

Ambos desafiaron a Dilian Francisco Toro (directora de la U) y Efraín Cepeda (Presidente de los conservadores), quienes tomaron distancia de la reforma alegando, justamente, que el contenido incluía polémicos puntos que parecían zanjados. Desde las toldas azules, inclusive, se reclamó que los encuentros fueron “pérdida de tiempo”.

Lo anterior, ratifica entonces que el lobby emprendido por el ministro del Interior, Alfonso Prada, surtió efecto y funcionó la estrategia de negociar congresista por congresista, en lugar de apostar por tramitar el proyecto con los jefes de los partidos. Si bien en la U y los conservadores sirvió, parece que no tuvo el mismo efecto en los liberales, pues el representante Germán Rozo no aparece como uno de los firmantes. Los otros ponentes –Juan Felipe Corzo, del Centro Democrático, y Betsy Pérez, de Cambio Radical– serían los responsables, desde la oposición, de presentar la ponencia negativa.

El informe de ponencia también aparece firmado por Germán José Gómez, del Pacto Histórico, y por Martha Alfonso Jurado, de la Alianza Verde. Frente a esta última colectividad, este viernes se conoció que están divididos alrededor de apoyar o no la reforma.

Con este movimiento, Petro se anota un punto con su intento de salvar su reforma y contra los partidos de La U y Conservador, pues a pesar de que tenían una directriz desde sus respectivas direcciones, un representante de cada uno le caminó a firmar la ponencia. El juego es largo y, como dice el refrán, ¿habrá desquite? Amanecerá y veremos.

¿Qué sigue?

Después de Semana Santa iniciará el nuevo round por la reforma a la salud entre el Gobierno y los partidos político en la Comisión Séptima de la Cámara. Mientras la Casa de Nariño espera pescar votos para que el proyecto avance y sea aprobado, conservadores, liberales y La U contemplan sanciones para los representantes que desobedezcan y se pongan del lado del Gobierno. Si los congresistas desobedecen a sus partidos, la votación no se invalidaría pero sí dejaría en el ambiente una sensación de ilegitimidad.