El cine de acción es el último gran género de la industria de cine. En principio, la acción (peleas, tiroteos, explosiones, persecuciones...) era apenas un recurso para otros géneros cinematográficos, como las aventuras, la ciencia ficción, el thriller o el western. Desde mediados de los años ochenta, con el inicio de las sagas de Terminator, Rambo y Duro de matar, se establece el esquema que en adelante repetirían las demás cintas, donde la principal característica es que la acción es un fin y no un medio.
Como históricamente ha ocurrido en el cine, el de acción ha sido dominado por los hombres. El rol de la mujer siempre fue el de damisela en apuros, objeto del deseo o, cuando más, mujer fatal o apoyo del héroe. Aunque es cierto que podían estar al frente en películas de otros géneros que involucraban la acción, como Pam Grier en el cine blaxploitation, Cynthia Rothrock en las artes marciales o Katheen Turner en el de aventuras.
Podría pensarse que eso ha cambiado en las últimas dos décadas y, en especial, en los últimos años con las sagas de súper héroes. Pero antes de sacar alegres cuentas reivindicadoras, hay que decir que el cambio se limita a una participación limitada y sigue siendo proporcionalmente más bajo el número de películas de acción protagonizadas por mujeres. Incluso es una proporción que puede medirse con una saga como la de Rápido y furioso, que tiene cada vez más mujeres, pero son menos y con menor participación.
Podría pensarse que el cambio se empieza a dar a mediados de los noventa con una Gena Davies protagonizando La pirata y El beso de las buenas noches; y luego, unos años después, con Mila Jovovich y Kate Beckinsale dándole vida a las heroínas de las sagas Resident Evil e Inframundo, respectivamente. También se destacan Angelina Jolie, Michelle Yeoh y Zoe Saldaña por protagonizar distintos títulos desde entonces. Aunque la gran pregunta en esta inclusión de ellas en el género es si son verdaderas heroínas en películas de acción o simplemente mujeres desempeñando el rol de los hombres dentro de los esquemas del género.
La excusa para hablar de este tema es el estreno en Netflix de La vieja guardia, filme protagonizado por Charlize Theron, quien parece haber hecho un viaje a la inversa en relación con el género, pues (salvo por Aeon Flux) es en sus años de madurez que se ha convertido en actriz de acción, luego de su furiosa interpretación en Mad Max. Se trata de una cinta que tiene cierto interés por la combinación entre historia de inmortales con cine de mercenarios. Aun así, tiene las mismas limitaciones del género, esto es, que asuntos esenciales como la originalidad de la trama, la solidez del relato o la construcción de personajes, están siempre supeditados a la ostentación y primacía de la acción, no importa si el protagonista es hombre o mujer.