La instalación de la mesa tripartita que definirá el salario mínimo de 2026 comenzó con una silla vacía y un ambiente cargado de tensión.
La ausencia de Fenalco, uno de los gremios más influyentes del país, marcó el pulso de una jornada en la que Gobierno, sindicatos y empresarios escucharon los primeros indicadores del Dane y empezaron la discusión sobre el factor de productividad, pieza clave para calcular el ajuste del próximo año.
Durante cerca de cuatro horas, las partes revisaron datos y escenarios, mientras el gremio de los comerciantes mantenía su decisión, no participar de la negociación.
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Fenalco califica de “populista” el anuncio anticipado del Gobierno
A pocas horas de iniciarse la concertación, Fenalco hizo pública su determinación de no sentarse en la mesa.
Lo formalizó en una carta radicada ante la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, denunciando que el Gobierno “anunció pública y anticipadamente” que el aumento del salario mínimo debe ser de doble dígito.
Para Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio, estos anuncios equivalen a una “clara salida populista de cara a las elecciones del próximo año”, antes de cualquier deliberación técnica.
Por eso, afirmó que el Ejecutivo vulnera el principio del tripartismo y desnaturaliza el proceso de concertación, que exige escucha, respeto y construcción conjunta.
“Una decisión anticipada, sin soporte técnico y sin discusión, vacía de contenido el diálogo social, desconoce los compromisos internacionales y envía un mensaje de profunda inseguridad sobre la solidez de la institucionalidad laboral”, expresó.
El dirigente agregó que el aumento insinuado por el presidente Gustavo Petro y el ministro del Interior, Armando Benedetti, estaría muy por encima del IPC y de la productividad, lo que, a su juicio, revela improvisación, deteriora la confianza y afecta la credibilidad del sistema.
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Fenalco advirtió que un incremento de dos dígitos enviaría la señal de que el Gobierno no busca que la inflación siga cediendo, lo que sería un hecho sin precedentes en el país.
Y aseguró que los más afectados serían los trabajadores, las pequeñas empresas y los hogares de menores ingresos por el impacto negativo en empleo formal, informalidad y costo de vida.
Sanguino arremete contra Cabal y respalda a otros gremios
Desde el otro lado de la mesa, el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, no tardó en responderle. En un tono directo, lamentó y reprochó la postura de Cabal, asegurando que su ausencia reiterada lo deja “más como un opositor político que como un líder gremial”.
Sanguino lanzó un mensaje a los tenderos y pequeños comerciantes del país. “Deben estar muy molestos con la negativa del señor Cabal a concurrir a esta discusión”, dijo, cuestionando que Fenalco no participe en un debate que afecta directamente a quienes dice representar.
El ministro destacó la presencia de otros gremios como Andi, SAC, Confecámaras y Acopi, que sí acudieron al llamado del Gobierno y de las centrales sindicales, y que aportarán sus propios análisis sobre productividad y proyecciones económicas.
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Con Fenalco por fuera, la mesa trabaja ahora en uno de los puntos más sensibles del proceso: la definición del dato de productividad laboral, variable exigida por ley para fijar el aumento del salario mínimo.
Primeros resultados de la mesa de negociación del salario
El ministro del Trabajo advirtió que la discusión del salario mínimo para 2026 debe darse sin especulaciones, con rigor técnico y con la voluntad de alcanzar un consenso antes del 15 de diciembre a las 11:59 p. m., el plazo legal para anunciar un acuerdo.
Confirmó que la Comisión quedó formalmente instalada bajo los lineamientos de la Ley 278 de 1996 y que desde hoy empezó la revisión del factor de productividad, una de las variables clave para definir el incremento del salario mínimo.
“El salario mínimo es vital para 12 millones de trabajadores. Impacta directamente su vida, su mínimo vital y la justicia laboral”, insistió Sanguino, quien defendió los aumentos aplicados durante el actual Gobierno.
Según dijo, el incremento real de los últimos años supera el 17%, mientras que el aumento nominal acumulado ronda el 37,6%, resultados que, según el ministro, han impulsado el crecimiento económico, reducido el desempleo al 8,2% (la tasa más baja del siglo) y fortalecido los ingresos reales gracias a la inflación controlada.
El ministro también subrayó que la discusión técnica incluirá insumos del Dane, Planeación Nacional, los ministerios de Hacienda y Comercio y las consideraciones finales del presidente Gustavo Petro, quien tendrá la última palabra sobre la posición del Gobierno.
Sobre el impacto del salario mínimo en vivienda, advirtió que el Gobierno examinará cómo evitar que el ajuste golpee el acceso a vivienda de interés social, cuyo valor está indexado al salario mínimo.
El ministro también se refirió al cálculo del salario vital, indicador de la OIT que establece cuánto necesita una familia para vivir con dignidad. Según Sanguino, aún con el aumento del año pasado, existe una brecha del 13,3% entre el salario mínimo vigente y ese referente internacional. “No es una camisa de fuerza, pero sí un buen espejo”, apuntó.
El ministro terminó sus declaraciones reiterando el objetivo, que es lograr un acuerdo antes del 16 de diciembre, de preferencia por consenso entre empresarios, trabajadores y Gobierno.