“Vivimos unos años pasados en los que siempre preguntaban qué es el GEA, y nosotros decíamos ‘es que el GEA no existe, no es una figura jurídica’. Bauticemos hoy el GEA, el GEA es una forma de hacer empresa, el GEA son unos principios, el día que estas compañías no tengan esa cultura, no tengan esa forma de hacer empresa, no hay GEA. Pero hoy más que nunca el GEA está y estará porque es una esencia de hacer negocios”.
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La frase es de Ricardo Jaramillo, presidente de Grupo Sura, quien se mostró optimista sobre el futuro que les espera tanto a esa compañía como al Grupo Argos, luego de revelar la hoja de ruta que tendrán para terminar con el enroque que por casi 50 años sostuvieron. En rueda de prensa ofrecida ayer, Jaramillo resaltó cómo esta movida representará oportunidades de crecimiento para ambas organizaciones y reiteró la apertura de Sura para la llegada de capital vía acciones, deuda, nuevos negocios o alianzas que catapulten su operación, la cual mueve $1.100 billones de activos en gestión.
Así será el 2025
Jaramillo, quien desembarcó en el puesto este año tras su paso por la vicepresidencia financiera de Sura, indicó que tras las firmas del memorando de entendimiento y del convenio de escisión con Argos este año, el desenroque tomará por lo menos hasta finales de 2025. Estima que en el primer semestre del próximo año se celebre la asamblea general de accionistas, mientras para el segundo se haría la asamblea de tenedores de bonos y la posterior solicitud de autorizaciones regulatorias.
Por lo demás, las empresas esperarían dedicar los meses sobrantes del 2025 y parte de 2026 para perfeccionar la transacción mediante la cual Grupo Argos escindirá su inversión en Grupo Sura (197 millones de acciones) a favor de Grupo Sura, mientras Grupo Sura escindirá su inversión en Grupo Argos (286 millones de acciones) a favor de Grupo Argos.
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El acuerdo tiene un componente muy importante que, a modo de resumen, Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos, mencionó como darle a los accionistas de cada empresa, de forma directa, las acciones que Sura y Argos poseían de forma cruzada.
Es así como al final de la transacción, cada accionista de Grupo Argos recibirá 0,23 acciones de Grupo Sura por cada una de Argos que posea; mientras que cada inversionista de Sura, a su vez, recibirá 0,72 de Grupo Argos, por cada título de Sura que tenga.
A modo de ejemplo: una persona que hoy tenga 100 acciones de Grupo Argos, una vez se materialice el acuerdo tendrá esas mismas 100 acciones en Grupo Argos y, adicionalmente, 23 de Grupo Sura.
Ahora bien, alguien que tenga 100 títulos en Grupo Sura quedaría al final con estos mismos 100, más 72 correspondientes a Grupo Argos.
¿Qué costos implica?
Si bien alguna cifra puede cambiar levemente conforme avance el proceso, a grandes rasgos el negocio sería de esa forma. Pero una de las dudas es si no implicará ningún tipo de costo o impacto a la caja de las empresas en términos de impuestos.
Velásquez respondió que “la transacción no tiene, hasta donde sé prevé hoy, ningunos costos materiales relevantes para los accionistas, desde luego hay costos de gestión, de hacerlas, con asesores, etc, pero no hay costos relevantes implícitos. Ese es un atributo muy importante para escoger esta alternativa”.
Sobre el papel de Cementos Argos, que también es accionista en Grupo Sura, Velásquez recordó que se levantaron los conflictos de interés de miembros de junta de esa firma, quienes están decidiendo “la mejor alternativa para que Cementos transfiera sus acciones en Grupo Sura, que son aproximadamente 28 millones, de las cuales un poco más de 15 millones vendrían a Grupo Argos”.
Prontamente, continuó, “la junta y administración de Cementos Argos informarán cómo lo harán. En los cálculos se está asumiendo la entrega de las acciones que tiene Cementos en simultáneo o previamente a la materialización de la escisión por absorción”.
En el mercado la noticia tuvo amplio respaldo. “A primera vista vemos esta sucesión de transacciones como positiva para los accionistas y creemos que debería haber una reacción positiva en términos de los precios de las acciones”, analizó, Steffanía Mosquera, VP de Equity Research de Credicorp Capital.
Mosquera valoró los avances que eso significa “en términos de gobierno corporativo, al tener una estructura accionaria más visible por el mercado. Además, con esto el análisis de las compañías debería ser más sencillo y facilitar la entrada de nuevos inversionistas”.
Al cierre de la jornada bursátil ayer, en la Bolsa de Valores de Colombia, las acciones de ambas compañías fueron las más apreciadas. Mientras los títulos preferencial y ordinario de Grupo Sura subieron 8,33% (a $26.000) y 5,69% (a $37.520), respectivamente, los ordinarios y preferenciales de Grupo Argos ajustaron alzas de 4,08% (a $20.400) y 4,05% (a $15.400), en su orden.
¿Es o no el fin?
Para los nostálgicos, esto marca el cierre de un vínculo entre compañías que comparten valores y principios y que, en su momento, abanderaron la defensa de la industria antioqueña ante las tomas hostiles encabezadas por Carlos Ardila Lülle, el Grupo Santo Domingo o Jaime Michelsen.
¿Pero qué piensan los protagonistas? Jorge Mario Velásquez, en una línea similar a la de Ricardo Jaramillo, dijo: “El esquema –del denominado GEA– se preserva y se eleva a una nueva potencia para hacer mejor la atracción de capital y se mantienen y preservan los principios que nos han traído hasta aquí para seguir construyendo”.
En el caso de Grupo Argos, añadió, “esta transacción habilitará la atracción de muchos más inversionistas que puedan estar interesados en vehículos de infraestructura o materiales de construcción”.