Un audio atestigua el dramático y eterno momento en el que a través de una videollamada de la línea única de emergencias 123, un médico les daba instrucciones a distancia a otras personas, con lo cual terminaron salvándole la vida a un hombre que había sufrido un paro cardíaco mientras jugaba tenis.
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El registro muestra cómo la operadora recibe el reporte de la emergencia. Un hombre al otro lado del teléfono le indica que se trata de un hombre de 60 años de edad que estaba jugando tenis en una cancha del Club Campestre de Medellín, ubicado en el barrio El Poblado.
De inmediato, la operadora del 123 le genera el reporte y en cuestión de segundos, a la vez que dispone de la información sobre ubicación del sitio para que salga de manera urgente una ambulancia, le envía por WhatsApp al usuario los respectivos permisos para que se conecte por video. Ahí entra en escena el médico que les indica a los acompañantes cómo iniciar la maniobra de resucitación. Les dice que hagan 30 compresiones en el pecho del paciente y luego le suministren dos respiraciones artificiales y que así continúen repitiendo los ciclos.
Después, el galeno le va marcando el ritmo de los movimientos al hombre que ejecuta las indicaciones de manera decidida haciendo masaje con firmeza sobre el pecho del hombre inconsciente.
Es claro que en el lugar cuentan con un desfibrilador cardíaco, un dispositivo electrónico y portátil que puede ayudar a restablecer el ritmo perdido del corazón punta de impulsos eléctricos bien sincronizados, y cuyo uso es obligatorio en centros comerciales y lugares de amplia concurrencia de gente.
—¿Verificaron que los cables estén bien conectados y que el desfibrilador esté bien prendido? ¿Les ha identificado algún ritmo de paro? —pregunta el profesional de la salud y ante la respuesta afirmativa ordena que dejen que la máquina haga descarga y que le verifiquen el pulso de nuevo.
El procedimiento completo duró 20 minutos hasta que lograron que el corazón del paciente volviera a trabajar y que le retornara la respiración justo cuando llegaron los paramédicos para apersonarse de la situación y transportar a la persona hasta un centro asistencial donde pudieran brindarle atención especializada.
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Así le salvaron la vida y por eso el tenso trance culminó con una felicitación del médico hacia las personas que estaban al otro lado de la comunicación haciendo lo que él les decía.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, resaltó esta escena ocurrida en los últimos días como ejemplo de la efectividad que ha logrado la Línea Única de Emergencias 123 a la hora de cubrir situaciones críticas, mediante la incorporación de nuevas tecnologías.
En el caso particular del hombre que ahora está en franco estado de recuperación, jugó a su favor la reciente incorporación del programa de última generación conocido como Carbyne.
“La rápida respuesta permitió estabilizar al paciente, quien fue luego trasladado con vida a la clínica para recibir la atención especializada que requería”, apuntó el secretario Villa al indicar que este caso evidencia la importancia de la articulación entre la línea 123, los organismos de emergencia y la ciudadanía en la atención de eventos de alto riesgo.
La línea 123 se viene implementando desde 1998 en Medellín, con base en la observación de la manera de funcionar del 911 en Estados Unidos. Acá se implementó esa numeración para facilitar el recuerdo por parte de los ciudadanos.
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Con el tiempo y los avances que ha tenido la tecnología en el mundo se han ido haciendo modificaciones que aseguran una respuesta más efectiva y rápida, igualmente se convirtió luego en una línea metropolitana y posteriormente departamental, pero también se le han ido incorporando más arandelas como la Línea 123 Agencia Mujer que trata casos de maltrato con un componente de género.