El primer vuelo con migrantes que se “autodeportan” partió de Texas (sur) a Honduras y Colombia con 64 personas a bordo, informó el Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos.
En Colombia, los 26 autodeportados recibirán servicios sociales, según el DHS.
Los connacionales fueron recibidos por sus familias y representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores y Migración Colombia. El Gobierno brindó servicios sociales a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Departamento de Prosperidad Social.
Desde que comenzó su segundo mandato en enero, el presidente republicano Donald Trump tomó medidas drásticas para frenar la migración e impulsó una campaña que alienta a los extranjeros en situación irregular a “autodeportarse”.
El pasado 9 de mayo Trump creó por decreto el proyecto “Vuelta a casa” que presenta a estos migrantes una elección: “Salir de Estados Unidos voluntariamente, con el apoyo y la asistencia financiera del gobierno federal, o quedarse y enfrentar las consecuencias”.
Por consecuencias entiende, según cita, expulsión, enjuiciamiento, encarcelación, multas, embargo de salarios y la confiscación de ahorros y propiedades personales, incluyendo viviendas y vehículos.
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Con estas medidas, la administración Trump se propone acelerar las expulsiones a un costo muy inferior a los vuelos de deportación tradicionales.
“Hoy, el DHS llevó a cabo su primer vuelo chárter del proyecto Vuelta a Casa de 64 personas que voluntariamente decidieron autodeportarse a sus países de origen de Honduras y Colombia”, afirma la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, citada en un comunicado.
Cada migrante recibió ayuda para el viaje, 1.000 dólares y conserva la posibilidad de poder regresar a Estados Unidos legalmente, afirma el DHS.
Los 38 autodeportados hondureños fueron recibidos en el aeropuerto de San Pedro Sula (norte de Honduras) por funcionarios de la cancillería y del Instituto Nacional de Migración. Éstos les dieron a cada adulto 200 dólares en efectivo y un bono para adquirir alimentos.
Wilson Sáenz, de 22 años, relató que había emigrado en septiembre pasado desde Puerto Cortés, en el Caribe hondureño, en busca de mejores condiciones de vida. Estaba en Texas, donde trabajaba ocasionalmente en construcción.
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Explicó a la AFP que optó por autodeportarse porque “ya no había trabajo”. Sin embargo, dijo que va a solicitar visa para poder regresar a Estados Unidos.
También volvió a Honduras Iris Díaz, de 32 años, con sus dos hijos, de 9 y 5 años, quien tomó esta decisión después de que fuera deportado su marido.
“Ya viéndose sola ella allá, tomó la decisión de autodeportarse”, explicó a la AFP su padre, Ernesto Díaz, de 65 años.