La cadena de televisión Al Jazeera se enfrentó a un ataque por parte de las autoridades israelíes, luego de que el domingo allanaron sus oficinas en Ramala y ordenaron su cierre durante 45 días, alegando que la cadena incita al terrorismo.
Este operativo ha desatado una ola de críticas, señalando a Israel por violar la libertad de prensa y fragmentar la seguridad en una región marcada por el conflicto.
Según informaron fuentes, un soldado israelí comunicó al jefe de redacción, Walid al Omari, la orden de clausura, instándole a evacuar las instalaciones y retirar el equipo de inmediato, en las oficinas del medio en Ramala, Cisjordania ocupada.
Las imágenes difundidas mostraron a tropas fuertemente armadas entrando en las oficinas de la cadena, en lo que Al Jazeera calificó como un “acto criminal” y una “afrenta a los principios del periodismo”.
La medida se fundamenta en un dictamen jurídico y una “evaluación de inteligencia” que, según el ejército israelí, determinó que las oficinas de Al Jazeera estaban siendo utilizadas para “incitar al terror”.
Sin embargo, el medio catarí ha denunciado que esta acción no solo busca silenciar su voz, sino que también representa un ataque directo a la libertad de prensa en el contexto de un conflicto que ha cobrado miles de vidas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores palestino y el gobierno de Gaza, dirigido por Hamás, condenaron enérgicamente el asalto, tildándolo de “violación flagrante” de los derechos de los medios y una táctica más de Israel para obstaculizar la difusión de información sobre las violaciones a los derechos humanos en la región.
El Comité de Protección de Periodistas (CPJ) también alzó su voz, pidiendo el cese del hostigamiento hacia Al Jazeera y defendiendo el derecho del público a acceder a la información en medio de una guerra que ha afectado a innumerables vidas.
“Los esfuerzos israelíes por censurar a Al Jazeera socavan gravemente este derecho”, expresó Carlos Martínez de la Serna, director de programa del CPJ.
Este cierre se suma a una serie de medidas restrictivas contra Al Jazeera, que ya había visto revocadas las credenciales de sus periodistas en Israel. A pesar de las restricciones, hasta ahora la cadena había continuado sus transmisiones desde Cisjordania y Gaza, donde cubre de cerca el conflicto entre Israel y Hamás.
Sin embargo, la presión sobre la cadena aumenta, mientras Israel logra bloquear la señal de transmisión del noticiero en diferentes ciudades de la zona. Con esto también surgen nuevos interrogantes sobre el futuro de la libertad de prensa en el lugar y la veracidad de la información que logrará obtenerse sobre el conflicto.