Ni ruso, mucho menos letón. "Al principio nos mentaban la madre y ni cuenta nos dábamos", recuerda Daniel Buitrago , uno de los colombianos que comenzó sus pasos en el fútbol en la liga de ¡Letonia!
Hace un par de meses, y solo por medio de videos, el paisa Daniel Buitrago , el atlanticense Carlos Andrés Rúa , el tumaqueño David Cortés Armero y el chocoano Ezequiel Palomino salieron de Medellín. Un par de meses después se les unió Jairo Mosquera , el viejo del grupo con 25 años, y juntos emprendieron un camino largo y tortuoso para convertirse en futbolistas profesionales. Y como en el país no tenían las opciones, terminaron en un club de la segunda división de Letonia, un país de la exUnión Soviética.
"Jugábamos en la escuela del profe Nelson Gallego en Medellín, quien nos dijo que era una posibilidad. Nosotros la tomamos pues no había mucho en Colombia, y acá vamos", explica Buitrago, quien llegó en el mismo paquete con Palomino y Rúa al Spartaks Jurmala, un club de la segunda de ese país, que con el aporte nacional volvió a la primera división. Cortés, el de más experiencia abrió el camino y en ese momento ya jugaba en el Sheriff de Moldavia.
Llegaron a adaptarse, primero al frío, luego al fútbol. Sin tanto toque y con mucha velocidad, los chicos empezaron un juego en idioma diferente, pero que se basa en lo mismo en cualquier parte del planeta: tratar bien el balón.
"El nivel cuando estábamos en la segunda división era bajo, ahora en primera debe ser un poco más exigente. Pero a pesar que es bajo, siempre se corre bastante, algo normal en Europa", explica Carlos Andrés Rúa , barranquillero que llevaba dos años en Medellín cuando armó su valija para irse a vivir al norte de Europa, país que en inglés se lee como Latvia.
A mediados de 2011 llegaron a Jurmala, una ciudad del tamaño de Copacabana, cerca a la capital Riga. Y a punta de goles, pero de muchas novatadas, empezaron a vivir el sueño europeo. "La vida europea es mucho más de estar en la casa. Entonces salimos de entrenar y nos devolvemos a ella. Desde acá tratamos de hablar seguido con la familia vía internet, y de tener planes muy tranquilos", explica Daniel, quien recuerda la vez que fueron a un supermercado y no les dieron bolsas para empacar el mercado. "Todos se reían de nosotros, y nos tocó comprar una, que usamos hasta que se llenó de rotos. Pequeñas cosas que muestran que esto no es fácil".
Fueron solo con algunas nociones de inglés y creyendo que el lenguaje del fútbol era suficiente. Se encontraron con un amigo camerunés (Tati) que conocieron a través de unos empresarios, que los ayudó cuando lo necesitaban como traductor. Pero en la cancha se hicieron entender, siempre fueron titulares, Daniel fue el goleador del equipo que logró el ascenso y ya tienen destino mayor.
Buitrago fue a prueba con el Spartak Nálchik, club de la primera división de Rusia, con el que firmó por lo que resta de la temporada. Por su parte, Ezequiel acaba de firmar con el Sigma Olomouc, de la máxima división de República Checa. Tras su paso por Moldavia. Cortés sigue con ofertas de otros equipos, mientras que Rúa y Mosquera tienen pactadas pruebas en Rusia, Polonia y Kazajistán. "Fue muy difícil al principio, pero yo sé que todo va ir saliendo bien", explica Buitrago.
Para los chicos, el servicio militar se pasa entre la nieve de Jurmala. Luego vienen los sueños. "Letonia era un primer paso que queremos culminar dejando al equipo en Primera División".
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