“Por fin”. Así se expresó Agustín Barreneche tras coronarse campeón latinoamericano de motocrós en los 65 centímetros cúbicos en Guatemala.
Y no es para menos, pues llevaba dos años luchando por entregarle a Colombia este título. En 2015 y luego en 2016 fue subcampeón. “Tenía que llegar el desquite”, señaló el joven piloto antioqueño.
El ecuatoriano David Amoroso, quien era su verdugo, pues en las ediciones anteriores le había ganado el pulso a Barreneche, debió resignar puesto, en esta ocasión.
“En el 2015 terminé segundo en los 50 c.c. El año pasado fue en los 65 c.c. y siempre perdí con él. A pesar de todo es un gran amigo. Esta vez le gané y tuve un lindo día. Vencer a un piloto bueno siempre es satisfactorio”, reconoce Agustín.
Lo que hizo fue con honores, pues incluyó récord de pista (2 minutos y 15 segundos) en el parque Motopark de Ciudad de Guatemala, ante 23 rivales más.
“Desde el año pasado les dije a mis papás que me iba a preparar para ganar el Latinoamericano. Ya era hora de dejar de ser segundo. No paré en mis entrenamientos ni en participaciones en distintos torneos, pues quería llegar en un gran nivel. Lo conseguí y estoy muy feliz”, manifiesta quien cumplirá el próximo primero de junio 11 años. Es el primer colombiano en obtener el galardón en su categoría.
Repsol, KTM y Shannon Motos le promovieron su aventura. “En estos momentos de felicidad no se pueden olvidar los patrocinadores, mucho más en un deporte que no cuenta con muchos apoyos, pero contrariamente le da muchas victorias al país”, advierte Andrés, el padre de Agustín quien también festejó en Guatemala.
A ese país, llegaron con muchos problemas, porque la aduana local no les entregó las motos, pues le faltaba un documento y tuvieron que correr con aparatos alquilados.
“Agustín se había preparado en su propia moto, pero aún así fue primero en las dos prácticas, segundo en las clasificaciones y primero en la carrera venciendo en las dos mangas”, agrega Andrés, para quien el título fue toda una locura que celebraron con ruido.