Finalizando el 2024, el caleño Gustavo Sánchez fue elegido por World Aquatics como el mejor nadador artístico del año. Sus destacadas participaciones en la Copa del Mundo, donde fue segundo, así como en otros eventos, le valieron el reconocimiento.
 Sin embargo, un par de meses después, al inicio del 2025, llegó a pensar en el retiro deportivo. Sánchez estaba concentrado en Barcelona, entrenando para una parada de la Copa Mundo, cuando le dio un dengue hemorrágico fuerte que disminuyó su capacidad física, lo sacó de entrenar. 
      
  Poco tiempo después, un familiar cercano fue diagnosticado con el Síndrome de Giuallain-Barre, enfermedad auto inmune que ataca el sistema nervioso periférico por error, que ocasiona debilidad muscular o parálisis en quienes lo padecen. La persona requería de cuidados. Gustavo decidió dedicarle tiempo.
 “El 2024 fue mi año y este no tanto. Esos problemas me hicieron pensar ´¿qué está pasando?´, porque subimos como palma y bajamos como cocos (risas). Tenía la cabeza más en Colombia, que en las competencias. Ahí llegaron los pensamientos del retiro. Viví el otro lado del deporte”, aseguró en charla con este diario.
     Sánchez, por lo general de energía alegre y voz enérgica, se acercó a la desilusión. En el Mundial pasó de ser segundo a terminar séptimo. El resultado no era malo. Sin embargo, la presión de la expectativa le pesó. “Fue fuerte. Pensaba que ya había pasado mi momento”, confiesa por teléfono. 
    ¿Cómo superó Sánchez el problema y cómo se prepara para la Copa del Mundo de Natación Artística? 
  Para practicar natación artística hay que estar loco, según Sánchez. No le falta razón. Lo que hacen los deportistas va en contra de la física y la naturaleza. Dentro de la piscina, donde no pueden tocar el suelo, están a gravedad cero. Además, mientras tienen la cabeza dentro del agua no ven, no escuchan, no respiran, mientras buscan una perfección científica en sus movimientos.
      
  Sin embargo, desde que era pequeño, Gustavo sintió atracción por este deporte. Al principio lo veía imposible para él porque su práctica, en la mayoría, era femenina. Pero en 2017, después de la invitación de su amiga Valentina Aragón, se metió de lleno en la práctica, que con el tiempo ha abierto cupos para competir en solo y dúo masculino, así como en equipo mixto.
 Desde entonces, Sánchez se ha destacado. Tiene en su palmares ser campeón Centroamericano, Sudamericano, Bolivariano. Además, cosecha tres preseas mundiales (una de plata y dos de bronce), que reflejan el éxito de su carrera.
 Quizás pensando en todo eso, sus entrenadores le dieron el apoyo que lo ayudó a salir del momento “oscuro” que vivió y no tirar la toalla. “También hice mucho trabajo psicológico. Tuve viajes de sanación (fue a Tailandia), para reecontrarme conmigo mismo, con la pasión por el deporte. Regresó a mí el sueño”, agregó.