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“El rock latinoamericano nos une porque habla en nuestro idioma”: Estelares, el grupo de rock argentino que convirtió una balada en canto de estadios

La agrupación se presentará en el escenario Cocuy del Festival Cordillera al mismo tiempo que, enfrente, su compatriota Fito Páez encenderá otra fiesta. Conozca los detalles del disco que presentará Estelares en la noche de rock argentino que se toma Bogotá.

  • Estelares se presentarán al mismo tiempo que Fito Páez en el Festival Cordillera. Foto: C
    Estelares se presentarán al mismo tiempo que Fito Páez en el Festival Cordillera. Foto: C
hace 4 horas
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No es casualidad que a Argentina se le conozca como “la cuna del rock”. Desde 1960, aquel país vio nacer el rock en español, marcando la tendencia y el sonido de otras bandas del continente. Con aquel apodo nació también la necesidad de continuar el legado, y de entre tantas bandas del género que han seguido naciendo en aquel país, hay una que marcó a varias generaciones: desde los noventa hasta los dos mil. Se trata de Estelares.

Hoy, después de tres años de silencio discográfico, la banda llega al Festival Cordillera con Los lobos, su décimo trabajo de estudio. Formada en La Plata a comienzos de los noventa por Manuel Moretti (voz y guitarra), Víctor Bertamoni (guitarra) y Pablo Silvera (bajo), el grupo ha construido una trayectoria marcada por letras poéticas, melodías melancólicas y un sonido que oscila entre el rock y el pop.

El nuevo álbum reúne once composiciones inéditas y una nueva versión de Como cría de leopardo, y se presenta como un viaje introspectivo en el que la banda argentina explora la fuerza del aullido colectivo frente a la soledad y la resistencia individual. “Nuestros aullidos, nuestras canciones”, resume el grupo, trazando un paralelo entre la naturaleza gregaria de los lobos y el poder de la música para unir a las multitudes.

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EL COLOMBIANO habló con Víctor Bertamoni, guitarrista de la agrupación, en el marco del festival. ¿Qué espectáculo le espera hoy a quienes vayan al escenario Cocuy?

El disco empieza con esta frase: “Estuve un tiempo sin creer en nadie después de tanta guerra”

“Las guerras, en este caso, son poéticas, son de Manuel, el cantante y compositor. Yo, como guitarrista, lo escucho y lo interpreto igual que ustedes o cualquier oyente. Me gusta no preguntarle qué significa exactamente. Prefiero interpretar y tocar lo que la canción sugiere o quiere transmitir.

Supongo que se refiere a las guerras cotidianas, a esas preocupaciones que queremos mejorar o corregir en nuestra vida personal, en nuestra sociedad, como país, como pueblo, y también en lo individual: en el amor, en los vínculos, en la búsqueda de ser cada vez más constructivos. En definitiva, es la poética de Manuel: el descubrirse, construir y tratar de mejorar día a día”.

También está Roma, que fue compuesta por Pali. ¿Cómo se adapta la banda al estilo que cada uno tiene para componer?

“Nosotros tenemos una conexión y una cosmovisión musical y poética muy compartida. Después de tantos años de convivencia, nos entendemos casi sin hablar. Tenemos una manera muy similar de ver el mundo y la música. Estamos muy compenetrados, y por algo llevamos tanto tiempo juntos. Con Manuel y con Pali me resulta muy natural y cercano comunicarme a través de la música y de lo que ellos proponen. Existe una empatía emocional y sensible que se plasma en las canciones”.

¿Por qué decidieron llamar Los Lobos al disco?

“Se trata de la idea de agruparse como en una manada: estar juntos, ser más fuertes en equipo”.

Han hecho regrabaciones antes, pero ¿por qué esta vez eligieron Como cría de leopardo?

“Es una canción muy antigua, de nuestro segundo álbum, editado en 1998. Permanece en nuestro repertorio y ha sobrevivido a distintas etapas de la banda. Teníamos una versión que nos gustaba y nos parecía que encajaba con la estética del nuevo disco. La probamos en el estudio, nos gustó y quedó incluida en Los Lobos.

Además, tiene un invitado especial: Maxi, guitarrista de Los Guasones, una banda de La Plata, de donde también somos nosotros. Somos muy amigos y los admiramos, así que lo invitamos. Fue una linda comunión, y la versión resultante es la que tocamos actualmente. Queríamos rescatarla porque es una canción clásica de nuestro repertorio, algo olvidada, y devolverla a la luz”.

Hoy se presentan en el Festival Cordillera en Bogotá. ¿Cómo equilibran el setlist entre canciones nuevas y clásicos que no pueden faltar?

“Ese es el eterno balance de cada show. Con casi 10 álbumes de estudio tenemos muchísimas canciones, algunas muy conocidas y otras no tanto. Varias fueron cortes de difusión y son muy radiales, pero también hay un montón que nos representan mucho y quizá son más oscuras, más lado B.

Entonces, cada lista combina lo que todos conocen —que atrae más público— con ese costado más reflexivo o alternativo que también nos gusta mostrar. Siempre buscamos un equilibrio: mayoritariamente canciones conocidas, un pequeño porcentaje de las que tenemos ganas de tocar y, por supuesto, algunas del disco nuevo, porque nos encanta presentarlas”.

¿Cuál es su canción favorita del nuevo disco?

“Me gusta mucho Zumba el viento. Y si tengo que elegir dos, también Los lobos. Pero es difícil, porque a todas las canciones les ponemos el mismo amor”.

¿Después de tantos años ya pueden intuir qué canción tiene potencial de convertirse en himno, o eso es impredecible?

“Es impredecible, aunque con los años vamos afinando la puntería. A veces lo percibimos en la sala de ensayo, cuando una canción todavía está tomando forma y ya nos transmite algo especial. Eso nos da pistas de que puede conectar más con la gente.

Pero también hay sorpresas. Por ejemplo, Ella dijo (2006) se volvió un himno porque las hinchadas de fútbol empezaron a cantarla con letras adaptadas. Nunca lo imaginamos: es una balada tranquila, de medio tempo, y sin embargo se hizo hiperpopular y trascendió fronteras. Eso no se puede programar”.

¿Recuerda el momento exacto en el que se dieron cuenta de que esa canción se había convertido en cántico de estadio?

“Al principio nos llegaban videos por redes sociales, creo que de Racing Club. Después Boca. El bautismo en vivo fue en Mar del Plata, en un partido entre Boca y San Lorenzo. Fuimos a ver el partido y las dos hinchadas cantaban la canción con letras distintas. Fue impactante, porque es algo que no se puede planear: sucede porque la canción lo logra sola”.

El Festival Cordillera se presenta bajo el lema Sonidos de la Cordillera. ¿Cree que existe un “rock latinoamericano”?

“Creo que sí existe. La cordillera recorre gran parte del continente y nos une. Hay algo en común en el rock latinoamericano: nuestras influencias melódicas locales, sumadas al movimiento global del rock. Y, sobre todo, el idioma. Ser hispanoparlantes hace que la poética y los mensajes de las letras lleguen a todo el continente por igual. Eso nos une y nos abre una puerta sin fronteras”.

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