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Rupestre, una exposición para aprender sobre cómo se hacen los libros

Esta galería de arte, oficios y arquitectura se ubica en El Retiro. La exposición que se ve por estos días se llama Rupestre, de Mesa Estándar.

  • La exposición Rupestre se puede ver hasta el final de este mes en Casa de la Leona, que abre de miércoles a domingo. FOTOS cortesía
    La exposición Rupestre se puede ver hasta el final de este mes en Casa de la Leona, que abre de miércoles a domingo. FOTOS cortesía
09 de febrero de 2023
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En una pared rosada de la Casa de la Leona hay colgados 36 platos hechos en el Carmen de Viboral. Dicen Carmen y de arriba a abajo van cambiando de color, como si se fueran llenando de azul. Es una de las piezas de la exposición Rupestre, que organizaron el taller gráfico y editorial Mesa Estándar y la galería de arte, oficios y arquitectura.

El editor Miguel Mesa explica que la pregunta que hace la muestra es cuál es el papel de las artes visuales y la edición creativa en el mundo audiovisual y editorial, mejor dicho, cuál es su importancia en eso de hacer libros.

Para responderlo convirtieron tres proyectos editoriales de Mesa Estándar en piezas que están colgadas o pintadas en las paredes de la Casa, en tres de sus cuartos: el primero es el libro Carmen. Cerámica e iconografía, en el que se explica desde un punto de vista investigativo y artístico el trabajo, los procesos técnicos y artesanales que se hacen en ese municipio con las cerámicas.

El segundo son los libros La arquitectura no es lo que parece y La arquitectura es un hábito, “que tratan de mostrar de forma sencilla y colorida tal paradoja, al presentar casas y edificios —hechos en el trópico— que nos revelan un sentido primario. Verás cómo cada dibujo expresa esta condición y reconocerás valores de la arquitectura que podrás poner en práctica”, explican en el texto de la exposición. Su intención es que las personas aprendan a reconocer la arquitectura y sus virtudes.

El tercer libro es uno infantil escrito por Héctor Abad Faciolince, 4Dedos, en el que la falta de un dedo es el tema de la historia. Aparecen monstruos y extraterrestres y el amor a los papás y el propio y la inseguridad y la suerte. “La expresión gráfica de la publicación se basa en figuras de papel cortado, directas y reconocibles, casi icónicas —al estilo de las escuelas del diseño de la segunda mitad del siglo XX—, imágenes que dialogan con el texto y expanden lo escrito a territorios oníricos y divertidos”.

En la exhibición se pueden ver los libros y los elementos que los componen, porque justamente la intención es decir que para esa pregunta del papel de las artes visuales en el mundo editorial, comenta Miguel, no hay una sola respuesta. Un texto o un grupo de fotos no hace un libro, para esa conversión se requiere todo un proceso gráfico, un montón de trabajo, de edición, de revisar el formato, las fuentes tipográficas, los papeles. Es todo un trabajo en conjunto.

El nombre de la exposición es Rupestre, precisa el editor, porque en su taller les gusta pensar que trabajan con las cosas básicas de la imagen, desde lo simbólico y lo imaginario, y las pinturas rupestres cuentan todo con solo un ícono, un animal. “Nos gusta pensar que trabajamos desde ahí”.

María Montoya, una de las dueñas y creadoras de la Casa de la Leona, explica que quisieron hacer esta exposición por la admiración que tienen por Mesa Estándar y porque en su proyecto les gusta explorar en los bordes del arte, encontrarse con los oficios, la gastronomía, la arquitectura, la joyería. Esta muestra es como un club de lectura visual: se estudia el libro desde la parte gráfica. Y si bien querían una retrospectiva del trabajo del taller, no les daba para tanto, ni en tiempo ni en espacio, por eso eligieron estos libros que además se presentaron en pandemia y no tuvieron un lanzamiento como tal.

¿Y la Casa qué?

Es un lugar cultural que ya cumplió más de un año, empezó en septiembre de 2021, y es galería de arte, oficios y arquitectura, la define completa María, quien cuenta que su esposo Tomás Vega y ella estaban agotados de Medellín, tanto de la ciudad como del encierro, y pues se fueron para El Retiro.

Ella tenía esta idea y él es arquitecto, así que encontraron la casa, la reconstruyeron y la de adecuaron. Querían un espacio que les permitiera hablar de patrimonio, sobre todo en el municipio en el que están: respetaron la tapia, la red eléctrica, eligieron el rojo que se conoce como el rojo colonial y rememora el pasado. También encontró un socio, Miguel Delgado, quien es artista plástico y fotógrafo.

En Casa de la Leona hay servicio de café y bar, hacen experiencias gastronómicas y conversaciones. Es un sitio para irse a sentar en una casa vieja que tiene cada detalle pensado, como una terraza grande y amplia. Las exposiciones cambiarán cada dos meses, y a Rupestre le quedan pocos días: la puede ver hasta el 25 de febrero.

María dice que la invitación es habitar el lugar, y que se está creando un circuito con otros vecinos como Casa Enso, otra galería, y la librería Tanta Tinta. “Un parche muy bacano”.

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