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Los últimos cuatro meses del Congreso actual empezaron con poca trascendencia por cuenta de la inevitable sombra de la campaña presidencial, sobre la que está posada toda la atención. Los senadores y representantes salientes terminarán sus cuatro años con una racha de proyectos de ley inocuos o de relleno de aquí al 20 de junio, aunque tendrán –además– al menos un debate de control político semanal.
La prohibición a los exmandatarios para participar en política; la educación en valores para que el amor y el respeto sean la base de la familia; la regulación del empalme en el cambio de Gobierno; la “dignificación” de la labor de los concejales y otros, son solo algunos de los proyectos de ley que transitan por ambas cámaras por estos días.
Otras iniciativas, como la regulación de la pólvora o la institucionalización del Día del Campesino, vienen desde años anteriores y sus autores pretenden sacarlos adelante antes de que termine su período.
Para Jennifer Arias, presidenta de la Cámara de Representantes, no es cierto que la agenda legislativa de estos últimos meses sea débil. Según dijo, hay unos 130 proyectos de ley de sus compañeros que no han pasado por debate en el recinto.
Sin embargo, admitió que le falta la robustez de los proyectos de ley que tramitó el Gobierno con mensaje de urgencia el año pasado. “En este período, como están las elecciones, casi que todo gira entorno a eso y tal vez no se ve tanto el trabajo que se hace en el Congreso”, señaló Arias.
Entre las propuestas, la que busca que los expresidentes no puedan participar en política es una de las iniciativas que más ha dado de qué hablar en los últimos días.
Los congresistas de la Alianza Verde, Antonio Sanguino e Iván Marulanda, entre chiste y chanza, prometieron radicarlo para evitar que quienes salgan de la Casa de Nariño se entrometan en los asuntos de Gobierno una vez hayan salido del cargo.
César Gaviria, Álvaro Uribe y Andrés Pastrana son tres de los exgobernantes que siguen jugando un rol importante en la política nacional, y es muy poco probable que, si se radica el proyecto, el Congreso se la juegue para quitarles su capacidad de injerencia.
Al fin y al cabo ellos representan a sectores ideológicos o colectividades enteras como el Partido Liberal y el Centro Democrático. De todas maneras, ese texto todavía no ha llegado a las secretarías ni de Cámara ni Senado.
A su vez, la iniciativa de la senadora uribista Milla Romero para educar en valores a las personas, enseñándoles que el amor y el respeto deben ser la base de la familia desató polémica.
“Colombia necesita hablar de amor, de respeto y de unión. Tenemos un país polarizado y dividido, madres contra sus hijos en el vientre, hijos contra sus padres, trabajadores contra empresarios, ciudadanos contra la fuerza pública”, indicó la congresista.
Pero, ¿para qué? Esa es la pregunta que muchos se han hecho sobre el proyecto de ley que probablemente no verá la luz en esta última tanda del Congreso 2018-2022.
Por otro lado, ya tiene ponente una iniciativa que el Ministerio del Interior radicó en 2021 para regular el empalme entre gobiernos.
Con la propuesta, que lleva mensaje de urgencia, el jefe de esa cartera, Daniel Palacio, busca determinar cómo se llevarán a cabo los empalmes de las entidades entre una administración y la siguiente.
Suena a más tramitología, pero hay dudas sobre su contenido, especialmente porque contempla la posibilidad de que un presidente saliente se guarde información, cuando la situación de seguridad “exija la absoluta reserva” por cuenta de estados de excepción.
El jefe de Estado –dice el texto– “mediante acto administrativo debidamente motivado, podrá mantener la reserva de la información hasta que la situación de riesgo haya terminado o termine el periodo de su gobierno”.
Teniendo en cuenta que tiene el empuje del Gobierno, este proyecto podría tener más futuro que los otros. Sin embargo, con la primera y, muy probablemente, segunda vuelta presidencial de frente, el Congreso estará más concentrado en alistar futuras alianzas y dejar listo el terreno para sus sucesores (o para los que repiten).
El Gobierno Duque, por su parte, dará las últimas brazadas con otras iniciativas: radicó un proyecto para promover el acceso simple al sistema bancario y otro para la adhesión de Colombia a un acuerdo de la ONU sobre reglamentos técnicos para automotores. Empero, es probable que tampoco invierta demasiada energía en proyectos imposibles.
Este Congreso, con polémicas y una popularidad por el piso, terminará sus cuatro años con poca pena y nada de gloria. La mayoría de los proyectos de ley no llegarán muy lejos, y, para concluirlo, solo basta con mirar los resultados preliminares del período que muestran que en esta legislatura pronta a terminar solo el 6% (137 de 2.156) de los proyectos de convirtieron en leyes, según el sistema Sonar