“Tren de Aragua” raptó a su hija y John los persigue por 4 países

La tragedia comenzó hace cuatro meses en Venezuela. Siguió a la banda por Colombia, Ecuador y Perú.

Ella es Jhonetsi Arriechi Bernal, cuya foto se publica con autorización del papá. FOTOS: CORTESÍA
Estas son las mujeres rescatadas en el operativo de la Policía peruana, desarrollado el 3 de septiembre de 2022 en una urbanización de Lima. FOTO: CORTESÍA MINISTERIO PÚBLICO DE PERÚ.
Algunos de los mensajes que la víctima ha podido compartir con una tía. FOTOS: CORTESÍA.

Un padre desesperado ha recorrido cuatro países de Suramérica buscando a su hija de 15 años, raptada por la banda criminal “Tren de Aragua”, que la somete a crueles vejámenes en su negocio de explotación sexual infantil.

Mientras ustedes leen esta crónica, apreciados lectores, Jhon Alexánder Arriechi Bravo está viajando por las carreteras de Perú, siguiéndoles la pista a los delincuentes y tocando las puertas de los despachos judiciales, rogando por ayuda para su niña.

La tragedia inició hace cuatro meses en Maracaibo, Venezuela, de donde es oriunda la familia. Jhon es un líder social de aquella ciudad, divorciado hace años, y padre de la adolescente Jhonetsi Valentina Arriechi Bernal.

Según investigadores cercanos al caso, la joven tenía una relación conflictiva con la madre, situación que fue aprovechada por un allegado, quien la convenció de irse a Colombia a trabajar y buscarle un nuevo aire a su vida.

A punta de engaños fue sacada de su hogar y conducida al municipio de Santiago Mariño, en el estado de Aragua. Allí al parecer fue entregada a la banda conocida como “Tren de Aragua”, la cual tiene redes en varios países del continente y negocios de narcotráfico, sicariato, extorsión, corrupción y explotación sexual.

De acuerdo con documentos judiciales aportados a este diario por John, la última vez que vieron a la adolescente fue el pasado 8 de julio, cuando cruzó la frontera hacia la ciudad de Cúcuta.

Después la condujeron por tierra a Bucaramanga y de allí a Bogotá, donde delinque uno de los tentáculos del “Tren”. Allá llegó su padre, el 28 de julio, pidiendo auxilio a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos de la Sijín.

Al parecer la organización criminal se enteró de la persecución y decidió mover a Jhonetsi Valentina de lugar.

Los rumores señalaban que el siguiente destino sería Medellín, por lo que el papá se comunicó con la Seccional de la Fiscalía en la capital antioqueña, la cual activó el mecanismo de búsqueda urgente.

De vez en cuando, la adolescente lograba comunicarse a hurtadillas por un celular, enviando su ubicación.

Así supieron que la banda la transportó hasta Ecuador y posteriormente la recluyó en un apartamento en Lima, Perú. Según reportes de la Fiscalía de aquella nación, el “Tren de Aragua” controla varios sectores reconocidos por la oferta descarnada de prostitución callejera.

En Lima la banda extrae rentas mediante la subyugación de sus “propias” mujeres en burdeles y páginas de internet, o cobrándole una extorsión a proxenetas independientes que pagan para ofrecer a sus “trabajadoras” en las esquinas dominadas por el “Tren”. Si por casualidad se atrasan en los pagos, la cuenta de cobro es un balazo.

Estas son las mujeres rescatadas en el operativo de la Policía peruana, desarrollado el 3 de septiembre de 2022 en una urbanización de Lima. FOTO: CORTESÍA MINISTERIO PÚBLICO DE PERÚ.

Hambre y drogas

Los mensajes que ha enviado Jhonetsi Valentina son usualmente de madrugada, cuando los captores están dormidos, y revelan los tratos crueles que está padeciendo.

A una tía le contó que está con chicas de distintas nacionalidades. Les toca pagar la renta diaria del hotel, por lo que a veces no les queda dinero para comer.

“Hoy ni comí, porque tuve que pagar hotel y eso. Más barato me sale hueler perico, que me quita el hambre, a comer tres veces al día”, redactó la quinceañera.

La red de trata de personas invierte dinero en cirugías estéticas y transporte de las mujeres, lo cual les genera una “deuda” que tienen que pagar con su cuerpo. En caso de que se nieguen, las amenazan con matar a sus familiares.

“Las personas que me tienen aquí conocen a mi mamá y saben hasta dónde vivo. Y no quiero peos (problemas)”, le escribió a su tía, a quien también le confesó que, por causa del hambre, una vez trató de envenenarse con pastillas.

Allanamiento en Lima

Con la información de Jhon, las autoridades de Colombia se pusieron en contacto con las de Perú, para coordinar un operativo de rescate.

La Policía peruana ejecutó un allanamiento el 3 de septiembre pasado, en la casa 1145 de la urbanización Las Margaritas, en un sector limeño conocido como Los Olivos.

Dentro de la propiedad había 10 mujeres retenidas, colombianas y venezolanas, víctimas de esclavitud sexual.

Algunos de los mensajes que la víctima ha podido compartir con una tía. FOTOS: CORTESÍA.

Según el fiscal provincial Luis Alberto Sánchez, eran cautivas bajo intimidaciones y la premisa de que tenían que pagar “deudas” que oscilaban entre los 12.000 y 15.000 soles, que equivalen a 14’760.000 y 18’450.000 pesos.

En el operativo fueron capturados tres venezolanos, presuntos integrantes del “Tren de Aragua”: María Griman Castro (“la Mona” o “Mamá”), Johan Pedra González (“Johan” o “Papá”) e Ismaury Siraid Galindo Rodríguez (“Chanel”).

Algunas víctimas relataron que cayeron en garras de la red bajo engaños de supuestas oportunidades laborales en Chile, pero terminaron amedrentadas en Lima.

La Fiscalía Especializada en Delitos de Trata de Personas les imputó a los venezolanos cargos por trata y explotación sexual, y un juzgado les dictó un encarcelamiento preventivo de 18 meses.

Infortunadamente, cuando se realizó el allanamiento no estaba Jhonetsi Valentina.

Su padre señaló que tres días antes la habían sacado de la urbanización, para llevarla a la provincia de Huarmey, y desde ahí a Trujillo, cerca de la costa Pacífica peruana.

Hacia allá viaja en este momento Jhon Arriechi, con la esperanza de volver a tenerla en sus brazos. Aprovecha cada parada de bus para buscar un sitio con señal gratuita de Wifi y reportar sus movimientos a las agencias de seguridad de Colombia y Perú.

Su drama es parecido al de la película Búsqueda Implacable, en la que el actor Liam Neeson trata de rescatar a su hija de las garras de una red de trata de personas. Solo que en la vida real no hay director que grite “¡corte!”, sino una angustiosa escena que pareciera no terminar.

Aún así, la fe de Jhon es persistente y quiere que su voz sea escuchada, que el mundo sepa lo que está pasando con su hija y tantas mujeres, mientras agarra fuerzas para continuar su misión.