Lo que inició como una alarma de incendió en un apartamento de Bogotá terminó siendo una posible escena del crimen en la que murió un ciudadano extranjero de aproximadamente 35 años de edad.
Según detalló la Policía Metropolitana de Bogotá, los vecinos del sector alertaron sobre un apartamento en llamas del que salía mucho humo. Cuando las autoridades acudieron a la propiedad, ubicada en la Calle Séptima de Chapinero, ingresaron para apagar el incendio y se encontraron con un hombre muerto en el baño.
El hombre, que aparentemente vivía en ese apartaestudio, fue identificado como José Santamaría, un hombre de mediana edad procedente de Panamá.
Por ahora, las autoridades no han revelado cuáles fueron las causas de muerte del panameño o si se trató de un posible crimen o una muerte natural.
Sin embargo, primeras hipótesis señalan que el hombre ya estaba sin vida para el momento en que empezó el incendio.
“Tenemos una persona de origen panameño, de 35 años aproximadamente. El apartaestudio está incinerado. Estamos esperando técnicamente el concepto de los bomberos que hacen su trabajo. El concepto técnico es importante para determinar los hechos”: dijo el coronel Frank Buitrago, oficial de Inspección de la Policía.
Según ese mismo oficial, vocero en este caso, el hombre vivía solo y no se relacionaba mucho con los vecinos del sector, por lo que aún es difícil determinar otros detalles del caso.
Este caso se asemeja a otra muerte de un ciudadano extranjero en una casa de Bucaramanga, Santander.
Sobre ese caso, las autoridades dijeron que un ciudadano estadounidense fue hallado en uno de los pasillos del inmueble sin vida.
Lo curioso de este último caso, según el reporte de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, tiene que ver con que el ciudadano estadounidense llevaba alrededor de 10 días muerto para el momento en que fue hallado.
De hecho, fueron los dueños del apartamento los que decidieron avisarle a las autoridades al comprobar que el hombre llevaba unos 15 días sin comunicarse con nadie y que, además, ya se desprendida un olor fétido de la vivienda por el estado de descomposición del cuerpo.