Ante la situación política y electoral en el vecino país, el jefe de Estado pareció tomar distancia y señaló que ningún gobierno extranjero “debe decidir quién es el presidente de Venezuela”.
Mientras persiste la crisis política y electoral en Venezuela por cuenta de los cuestionados resultados electorales que le aseguraron otros seis años en el poder a Nicolás Maduro, este jueves el presidente Gustavo Petro se refirió a la situación y dejando entrever que no debe haber injerencia en asuntos externos, aseguró que “no es un gobierno extranjero el que debe decidir quién es el presidente de Venezuela”.
Lo anterior, luego de que la líder opositora María Corina Machado –una de las artífices del impulso del candidato opositor Edmundo González–, destacó la intervención del embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Ernesto Vargas, quien insistió en que deben conocerse todas las actas, debe ser auditadas y deben prevalecer las garantías electorales “para todos los sectores y despejar cualquier duda sobre los escrutinios”.
Ante la reacción del presidente Petro, quien pareció tomar distancia de lo dicho por Vargas y desautorizó sus declaraciones, hubo quienes le enrostraron al mandatario cuando en otras oportunidades sí tomó partido y emitió declaraciones frente a la situación de otros países.
Particularmente, le recordaron al primer mandatario lo ocurrido en enero pasado, cuando viajó a Guatemala para la posesión de Bernardo Arévalo, y hubo aparentes saboteos de la oposición en el Congreso de ese país que frustraron la investidura.
En ese entonces, Arévalo sufrió otro golpe político debido a que el Congreso redujo el margen de maniobra de sus diputados. El parlamento saliente, controlado por la derecha, decidió desconocer como bancada a los 23 diputados del Movimiento Semilla, de Arévalo, para la nueva legislatura, en virtud de una suspensión judicial de ese partido por supuestas irregularidades en su creación.
Ante estos hechos, el presidente Gustavo Petro se quejó por lo ocurrido, comparó su caso con el de Guatemala e instó a defender al entonces presidente electo y el voto popular. En ese momento, el primer mandatario calificó lo ocurrido como un intento de golpe de Estado.
“Con intentos de golpe de Estado, con una Fiscalía que promueve incluso la detención de la vicepresidenta electa y trata de impedir que el presidente electo y el voto popular se vuelva gobierno ya vieron lo que sucedió. Y mi posición personal es la de siempre: la lucha por la democracia desde cualquier punto de vista y por muchos caminos. Por eso, lanzamos una campaña de solidaridad que ayudó en cierta forma a que la desestabilización que estaba en marcha no tuviera efecto”, manifestó Petro.
Incluso, también le recordaron cuando en 2020, siendo senador, se refirió a la crisis electoral en Bolivia y pedía escrutinio y transparencia en los comicios electorales. Petro manifestó en ese entonces que el Ejército de ese país no se podía “oponer a la voluntad popular boliviana”.
Este miércoles, el presidente Gustavo Petro al fin se pronunció sobre la crisis que derivó el proceso electoral en Venezuela. El mandatario colombiano publicó un comunicado en el que advirtió “graves dudas” en el proceso que dejó, otra vez, a Nicolás Maduro en el poder.
“Las graves dudas que se establecen alrededor del proceso electoral venezolano pueden llevar a su pueblo a una profunda polarización violenta con graves consecuencias de división permanente de una nación que ha sabido unirse muchas veces en su historia”, afirmó el presidente Petro en un extenso comunicado.
El pronunciamiento del jefe de Estado ocurrió justo después de que la Cancillería colombiana pidiera a Venezuela que la totalidad de las actas del escrutinio fueran publicadas para que se despejaran las dudas.
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“Invito al gobierno venezolano a permitir que las elecciones terminen en paz, permitiendo un escrutinio transparente, con conteo de votos, actas y con veeduría de todas las fuerzas políticas de su país y veeduría internacional profesional”, solicitó el mandatario colombiano.
