Según estimaciones de los habitantes del corregimiento San José de Mulatos, alrededor de 39 familias indígenas Zenú de las comunidades El Mango y Malambo, evacuadas tras la erupción del volcán Los Aburridos, situado en los límites entre Necoclí, San Pedro de Urabá y Turbo, permanecen en albergues temporales a la espera de garantías de reubicación y atención integral por parte de las autoridades.
Luis Enrique López, miembro de la comunidad indígena El Mango ubicada justo al pie del volcán, le relató a EL COLOMBIANO la falta de presencia de las autoridades locales. “No hemos visto al alcalde desde que inició la emergencia. Aunque llegaron mercados y cobijas, lo que realmente necesitamos es una solución definitiva”, afirmó.
Según López, aunque se realizaron estudios preliminares para instalar un sistema de alerta temprana, no se han tomado decisiones concretas sobre la reubicación. “Queremos saber si estamos en peligro o si podremos regresar a nuestras viviendas. La incertidumbre sigue afectándonos”, añadió.
Las familias evacuadas permanecen en albergues como el ubicado en la Institución Educativa Indigenista El Mango. Sin embargo, estos espacios presentan limitaciones como los baños y la alimentación, y no garantizan la seguridad frente a posibles emergencias futuras.
Además, López relató que las comunidades enfrentan afectaciones psicológicas, especialmente en los niños. “Cualquier ruido fuerte los asusta, pensando que es la alarma y que el volcán va a hacer erupción nuevamente. Necesitamos acompañamiento profesional para superar este impacto emocional”, explicó.
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Ante esto, Luis explica que las comunidades han solicitado un censo detallado para identificar los integrantes de cada familia, su oficio y comunidad indígena a la que pertenecen, pues piden que se contemple las diferencias entre las comunidades El Mango y Malambo, para evitar conflictos internos.
Mientras tanto, las comunidades esperan que las instituciones respondan con acciones que les permitan retomar sus días con estabilidad.