Las autoridades de este municipio, ubicado a 129,8 kilómetros de Medellín (unas cuatro horas de viaje por carretera), aún no se aventuran a confirmar plenamente que se trate de un ataque de miembros del Clan del Golfo, pero en la comunidad existe la zozobra por cuenta del elevado incremento de asesinatos en esta municipalidad. Además, la gente sufre, porque a falta de una, ya son dos las facciones de esa estructura armada que quieren manejar todas las rentas criminales, no solo en la localidad, sino en toda la zona occidental del Suroeste.
La división del Clan
Durante los últimos años, el Clan del Golfo tomó el control mayoritario de las rentas criminales de esa parte del Suroeste, en medio de una ola de violencia con las estructuras locales que manejaban las extorsiones y el microtráfico, con este último delito como el más codiciado por el manejo de la venta de drogas dentro de las fincas cafeteras, principalmente en las épocas de cosecha.
Sin embargo, la novedad que se presenta este año es que dentro de la organización armada se estaría presentando una división y se estarían disputando el control territorial y las economías criminales. Esto ha llevado, según las autoridades, a que haya incremento de hechos violentos en algunos de los municipios del costado occidental, conformado por Urrao, Betulia, Concordia, Salgar, Ciudad Bolívar, Hispania, Betania, Andes y Jardín.
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En el Suroeste antioqueño se contabilizan 76 homicidios en 2024, frente a 74 que iban en el mismo periodo del año pasado y 47 en el de 2022. El mayor incremento se evidencia en Salgar, que pasó de un homicidio el año pasado a 10 este, con un aumento del 900%, y en Urrao, que el año pasado registraba 10 asesinatos y para este año lleva 16, con un alza del 60%. Por su lado, Betulia pasó de 0 en 2023 a 3 en 2024, Concordia de 4 en 2023 a 9 en 2024 e Hispania de 0 en 2023 a 2 en 2024.
Este incremento general y municipal de los homicidios se ha generado desde dos frentes. Por un lado, los hermanos Vargas Benítez, Medardo (quien es conocido como Sangre o El Cura) y Abelardo, alias La Erre; por el otro, la facción liderada por Andrés Felipe Morales Marín, alias Carne Rancia. Todos ellos son quienes manejarían el caos desde los centros de reclusión, según informaron fuentes de inteligencia.
Medardo, el mayor de los Vargas Benítez, está en prisión desde mayo de 2021, cuando se produjo su detención en La Estrella, mientras que un par de meses después se produjo la detención de su hermano. A ambos los procesaron por el delito de concierto para delinquir. Por la misma fecha, las autoridades detuvieron a Carne Rancia.
Lo particular es que los tres habían creado una especie de disidencia en 2020 para ejercer el control de la venta de estupefacientes en las fincas del Suroeste antioqueño, pero temas económicos llevaron a que se marcaran diferencias entre estos hermanos y Carne Rancia, empezando una escalada de sangre y fuego que se ha agudizado en los últimos dos meses.
No son los únicos actores
La riqueza del Suroeste antioqueño, basada en el 1.2 millones de sacos de café que se produjeron el año pasado y los 32.000 recolectores que llegan a las 42.572 fincas cafeteras que hay en esta subregión, se vuelven un atractivo para la venta de estupefacientes que los criminales no le quieren dejar a una sola organización.
Además de estas atomizaciones dentro del Clan del Golfo y las organizaciones locales que han estado toda la vida en los municipios y que muchas veces se han articulado a grandes estructuras, en algunos de estos municipios también tienen injerencia los “Halcones del Suroeste”, estructura además conocida como la “Oficina de Andes”.
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Esta banda, cuyo máximo cabecilla es Michael Humberto Pérez Cadavid, alias El Gato, y que hasta hace poco estuvo bajo el encargo de los mellizos Montoya Rivera, John Jairo y Yorman Alfredo, ha generado terror por su forma violenta de actuar en Hispania, Andes, Betania y Jardín. Cuentan con el respaldo de la banda La Terraza, de Medellín, y entre sus miembros hay personas provenientes de la comuna 3 (Manrique), de la capital antioqueña.
De hecho, aunque en los municipios donde tienen mayor presencia este año se ha registrado una relativa calma, las autoridades no bajan el dedo del renglón sobre el actuar de esta organización, que tiene el control parcial de la venta de estupefacientes, tanto en fincas cafeteras como en las zonas donde hay mayor presencia de turistas que buscan el consumo de marihuana, cocaína y otras sustancias.
Suroeste, el de más masacres
Con las tres muertes registradas este fin de semana en Urrao se acabó el cero en Antioquia este año y, a su vez, el Suroeste se ratifica como la subregión con más masacres desde 2021, con 10 casos, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz)
Además, es la única subregión del departamento, hasta ahora, que ha registrado al menos un asesinato múltiple por año en este periodo, siendo el 2021 el año más complejo con cinco casos, mientras que en 2022 y 2023 se presentaron de a dos masacres más la registrada este sábado en la zona de tolerancia de Urrao.
El Bajo Cauca lo sigue en la estadística de Indepaz, con cinco homicidios múltiples, y el Oriente, Norte y Nordeste tienen de a cuatro casos. El Valle de Aburrá ha registrado tres hechos en los que han asesinado, por lo menos, a tres personas en el mismo caso.
Luego del asesinato de estas tres personas se organizó un consejo de seguridad en el cual se anunciaron medidas para controlar la violencia en esta subregión llena de riqueza cafetera y acechada por la delincuencia.