Su nombre de pila: Sean John Combs, de ahí en adelante ha cambiado su nombre artístico las veces que ha querido y se ha hecho llamar Puff Daddy, P. Diddy, Diddy Combs y Puffy. Cada quien lo ha conocido con un nombre diferente porque en la música ha estado activo por cerca de 30 años, aunque en la última década sus líos judiciales lo han tenido más en otros focos que en la música.
Nació el 4 de noviembre de 1969, en Harlem (Nueva York) y empezó en la industria musical como un becario en 1990 en Uptown Records, de la que llegó a convertirse en director.
Se labró una reputación como organizador de eventos, que sería fundamental para su marca a medida que aumentaba su fama.
En 1991 promovió un partido de baloncesto de famosos y un concierto en el City College de Nueva York que se saldó con nueve muertos tras una estampida.
El evento superó el aforo en miles de personas y dio lugar a una serie de demandas, en las que se culpó a Combs de contratar una seguridad inadecuada. Fue despedido de Uptown y fundó su propio sello, Bad Boy Records.
Comenzó así un rápido ascenso a la cima del hip hop de la costa este, junto con su discípulo, el difunto The Notorious B.I.G.
Combs firmó varios contratos importantes y colaboró en la producción con artistas de la talla de Mary J Blige, Usher, Lil’ Kim, TLC, Mariah Carey y Boyz II Men.
Se convirtió en un poderoso magnate de la industria musical y es considerado el artífice de la transformación del hip hop surgido en las calles a género musical por sí mismo.
A lo largo de las décadas ha amasado una gran fortuna, sobre todo gracias a sus aventuras en la industria del licor.
Ganador de un Grammy, debutó como cantante con el sencillo Can’t Nobody Hold Me Down y su álbum No Way Out.
Se forjó una imagen de buscavidas impetuoso y fanfarrón, un importante productor que también se aventuró en Hollywood, la telerrealidad y la moda, y mantuvo relaciones sentimentales entre otras celebridades con Jennifer López.
La estrella levantó un imperio económico y su patrimonio estuvo valorado en unos US$1.000 millones.
En esa imagen que forjó también se le ha acusado, en los últimos años, de ser un hombre violento y una denuncia, en mayo del año pasado, por parte de a su pareja sentimental de entonces, la cantante Casandra Ventura, inició la caída en desgracia del magnate, al que acusó de someterla durante más de una década a coacciones físicas y drogarla, y de violarla en 2018.
Justo en mayo de 2023, CNN mostró en exclusiva un video de 2016 de una cámara de vigilancia que mostraba a Puff Daddy agrediendo a Ventura. En el video se ve cómo el cantante agarra, empuja, arrastra y patea a Ventura durante un altercado en un hotel de California.
Tras meses de investigaciones, Diddy Combs fue detenido esta semana. Una seguidilla de acusaciones lo tienen en el ojo público. En julio de este año, la exactriz de cine para adultos Adria English presentó una demanda en su contra, acusando al rapero neoyorquino, de 54 años, de tráfico y agresión sexual, mientras trabajaba para él entre 2004 y 2009, años en los que vivió una serie de abusos.
Según la demanda, de 114 páginas, detalla que Combs y otros acusados usaron a la actriz como “peona sexual para el placer y el beneficio económico de otros” en las “White Parties”, unas fiestas celebradas en las casas de Combs en los Hamptons, Nueva York y Miami, Florida.
En los documentos se explica que Combs obligó a English a “ejercer la prostitución y el trabajo sexual” entre aquellos años. Esa fue la novena demanda presentada contra Combs desde noviembre pasado, y la octava en la que se le acusa directamente de agresión sexual.
