La historia reseña que Herodes, rey de Judea, al enterarse de cuenta de los llamados reyes magos de que había nacido un “mesías” decidió mandar a matar a todos los niños menores de un año para evitar que ese nuevo rey creciera y le quitara el trono.
El relato lo hace el evangelista Mateo en el Nuevo Testamento, capítulo 2, versículos 13 al 18.
Al respecto, cuenta el teólogo y filósofo Camilo Gálvez, que del tema también se ocuparon los evangelios apócrifos, que fueron escritos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús, pero que no fueron incluidos en la Biblia.
“Hay registros por parte de Santa Elena, madre de Constantino, que al construir la basílica de la Natividad se le rindió culto a los santos inocentes”, dice el teólogo Gálvez, que anota que la Iglesia Latina instituyó la fiesta de los Santos Inocentes en fecha desconocida, no antes del final del siglo IV y no después del final del siglo V. “El 28 de diciembre no tienen nada que ver con el orden cronológico del acontecimiento”.
Gálvez relata que Jesús, el hijo de María y de José, se salvó del infanticidio, porque a través de una revelación “divina” habían huido a Egipto.
Juan Carlos Greffeinstein, director del canal Televid, recalca que el Día de los Inocentes más que una celebración es una conmemoración en la que se recuerda “que los niños fueron masacrados, que hubo un infanticidio”.