En primaria fueron las tablas de multiplicar y Rin Rin Renacuajo, la fábula de Rafael Pombo; en bachillerato, los elementos de la tabla periódica, las capitales del mundo y los 10 casos de factorización del Álgebra de Baldor.
En la pedagogía moderna, comenta Luis Eduardo Cuervo, psicólogo educador del Ceipa, “la memoria no es la única estrategia de aprendizaje como lo era en años anteriores. El estudiante hoy aprende haciendo. La funcionalidad se da por el mismo contacto que el joven o el niño tiene con la realidad, hoy buscamos que el alumno se pregunte de dónde viene tal cosa e investigue. Sin embargo, la memoria sigue siendo importante”.
Precisa Aura María Vasco Ospina, doctora en psicología y ciencia cognitiva y docente investigadora del Tecnológico de Antioquia, que el uso de la memoria siempre ha estado presente en la educación, “para la enseñanza, esta va a seguir representando uno de los elementos importantes de los procesos cognitivos básicos que permiten fortalecer la función ejecutiva (ver glosario)”.
Cuervo precisa que no hay que reprochar el estudio que vaya de la mano con la memoria, porque finalmente hay que almacenar información y volverla práctica en un momento dado.
La pedagoga con entrenamiento en neuropsicología y terapeuta en NeuroFit, Marcela Rincón, apunta que es imposible decir que hay aprendizaje sin memoria, pero tampoco se puede afirmar que solo la memoria es aprendizaje. “Incluso esta nos juega malas pasadas”, dice.
El proceso
La doctora en psicología comenta que el cerebro es uno de los órganos más hermosos que tienen los seres humanos y la analista biomédica Petra Binder, autora del libro Gimnasia para la memoria, explica que a través de los órganos de los sentidos, este capta estímulos en el entorno. “Si son suficientemente intensos, los admite y almacena. Mediante un segundo estímulo se recuperan esos recuerdos”.
Dice Binder que este proceso, normalmente, transcurre de manera inconsciente, “no obstante, conocer su funcionamiento puede aprovecharse para dirigir esta actividad conscientemente”.
La unidad de memoria está en diferentes áreas corticales del cerebro y, explica Rincón, por ello hay varios tipos.
Cada segundo a una persona le llegan “alrededor de 10.000 unidades de información –esclarece Binder– desde pensamientos hasta impresiones sensoriales y en el cerebro existe un mecanismo que selecciona dicha información”.
Lo primero llega a la memoria sensorial (sonidos, imágenes, olores, sabores, tacto, dolor, calor y frío), “allí se decide si el respectivo estímulo se procesa o no, es como el filtro primario”, dice la autora.
Luego la información debe atravesar varios niveles (memoria a corto plazo y a largo plazo explicadas en el glosario) antes de anclarse firmemente y ser susceptible de recuperarse. Y ahí entra un punto que quizá impacta a los estudiantes que aprenden a punta de retentiva, por obligación, y es la falta de interés. “Eso hace que la información no se almacene y por ende se esfume sin dejar huella”, dice la analista biomédica en su libro.
Se puede entrenar
“Así como Egan Bernal se entrenó físicamente para ganar el Tour de Francia, generó una preparación a nivel fisiológico y biológico para llegar a esa estricta condición, el recordar también se puede entrenar”, explica Vasco, quien la compara con un vestido “que puedes moldear, darle una forma distinta y hacerlo con los colores que quieras”.
Lo primero que hay que potenciar es la concentración. La analista biomédica cuenta en su libro que esta es una de las condiciones más importantes para la buena memoria, y aconseja hacer una cosa a la vez, pero de manera consciente. Eso implica además percibir y observar todo con atención.
Entonces si está estudiando para algún examen realice la tarea con los cinco sentidos y programe pausas para impedir la monotonía y el aburrimiento.
Otros consejos externos, fuera de la fase de estudio, para potenciar la concentración es hacer ejercicio a diario, emplear técnicas de relajación, dormir bien y suficiente y tener una sana y variada alimentación.
Se dice que la memoria perfecta es la del hábito. “No tienes qué acordarte para cepillarte los dientes”, detalla Rincón. Por eso asegura que para todos puede mejorar, solo que hoy hay que entrenarla más que antes ya que el uso de la tecnología ha aminorado mucho la práctica. “Ahora, pocas personas se saben el número celular de alguien, cuando antes todos nos sabíamos el teléfono fijo de bastantes miembros de la familia”.
Por lo tanto, la repetición es importante a la hora de aprender algo. “La primera rememoración debe tener lugar, por tarde, transcurridos 20 minutos, cuando todavía se dispone de 60 % del material para llevarlo al nivel del 100 %. Si bien uno volverá a olvidar parcialmente, la curva de olvido no será tan fuerte”.
De manera práctica, si quiere recordar un nombre, por ejemplo, anótelo cuando conozca a alguien (puede ser en las notas del celular) y 20 minutos después vuelva a ellas para ver cómo se llama esa persona de nuevo, pero hágalo conscientemente. Así difícil que se le vuelva a olvidar.
También puede hacer asociaciones, dicen las especialistas, recordar el nombre de un familiar y asociarlo con el de la persona que acaba de conocer. “Hay muchas técnicas”, dice Rincón.
Consejos generales
Una ayuda, según la autora del libro Gimnasia para la memoria, es hacer listas “de compras, de preguntas, de números telefónicos, de cumpleaños”. Si las va a guardar hágalo en el mismo lugar, “para que sean fáciles de encontrar”.
Otra recomendación es hacer consciencia del momento presente con actividades como revisar el contenido del bolso y decir en voz alta qué lleva. O al bajarse del carro y antes de cerrarlo con llave dar una mirada a que las llantas estén bien infladas, que las luces estén apagadas y observar en qué lugar va a poner las llaves.
La tecnología se puede usar para generar recordatorios y, como dijo Rincón, generar hábitos puede hacer que recuerde más fácilmente, como tomar una pastilla, todos los días a la misma hora. Difícilmente se le olvidará.
Y si todavía recuerda estos versos, el hijo de rana, Rinrín renacuajo / salió esta mañana muy tieso y muy majo / con pantalón corto, corbata a la moda / sombrero encintado y chupa de boda, siéntase bien. Es su memoria a largo plazo trayendo de vuelta eso que disfrutó y alguna vez aprendió.