Recrear escenas de la vida real como si fueran parte de películas anime, como Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro, es un sueño tangible gracias a la inteligencia artificial.
La premisa ha fascinado a millones de personas en todo el mundo, que en la última semana -a partir de una reciente actualización del popular chatbot ChatGPT- han subido a la plataforma de OpenAI muchas de sus fotografías personales para verlas recreadas con la estética nostálgica y detallada del legendario artista japonés Hayao Miyazaki.
Pero esta práctica, que en apariencia sería inocente, podría acarrear algunos riesgos para la seguridad digital.
El riesgo detrás de la ilusión: tus datos biométricos en manos de desconocidos
La experta en inteligencia artificial Mónica Vargas explica que muchos desconocen que, al utilizar estas herramientas gratuitas, están compartiendo datos biométricos faciales que podrían ser almacenados o utilizados con fines no revelados.
“Cuando el usuario usa estas herramientas de forma gratuita, el producto es el usuario. Sus datos pueden ser vendidos, por ejemplo, para publicidad personalizada”, dijo la especialista a El Tiempo.
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¿Cómo la IA pone en riesgo tu seguridad digital?
Más allá de la polémica por el uso de estilos artísticos protegidos por derechos de autor —como el de Ghibli—, el verdadero riesgo radica en la exposición de información personal sensible. Al subir una fotografía, los algoritmos de IA procesan y almacenan características únicas del rostro humano, muchas veces sin consentimiento explícito.
Este tipo de información puede ser utilizada no solo con fines comerciales, sino también por ciberdelincuentes que aprovechan la creciente base de rostros humanos disponibles en línea para desarrollar técnicas como las “huellas maestras”: combinaciones digitales que imitan múltiples características faciales con el fin de vulnerar sistemas de reconocimiento.
El riesgo se multiplica cuando las imágenes incluyen a menores de edad. Vargas advierte que “los padres o tutores pueden estar entregando datos sensibles sin saberlo. En algunos casos, esta información ha sido utilizada con fines tan graves como redes de pornografía infantil. Quizá sea un escenario extremo, pero es algo que no se puede descartar”.
Las plataformas de IA no siempre son claras respecto al almacenamiento y uso de los datos ingresados. A pesar de los avisos legales, muchas personas aceptan términos y condiciones sin leerlos, lo que dificulta saber qué ocurre realmente con la imagen una vez procesada.
Lo que debe saber antes de subir su foto: