Cuando pensamos en planetas enanos de nuestro Sistema Solar, Plutón suele ser el primero que viene a la mente. Sin embargo, la Unión Astronómica Internacional (UAI) reconoce oficialmente otros cuatro planetas enanos: Ceres, Haumea, Makemake y Eris. Estos cuerpos celestes comparten la característica de no haber despejado su órbita de otros objetos, diferenciándolos de los planetas tradicionales.
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Ceres: El gigante del cinturón de asteroides
Ceres es el planeta enano más cercano al Sol y el único situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Con un diámetro de aproximadamente 946 km, es el objeto más grande de esa región.
Su superficie muestra signos de actividad geológica pasada, incluyendo posibles criovolcanes, lo que sugiere la presencia de agua en su interior. En 2015, la sonda Dawn de la Nasa visitó Ceres, proporcionando imágenes detalladas y datos sobre su composición.
Haumea: El planeta enano ovalado
Ubicado en el cinturón de Kuiper, Haumea destaca por su forma elipsoidal, resultado de su rápida rotación. Completa una vuelta sobre su eje en aproximadamente 4 horas, lo que provoca su forma achatada. Tiene dos lunas conocidas, Hiʻiaka y Namaka. Su tamaño es de aproximadamente 1.632 km en su eje mayor, y su superficie está cubierta principalmente de hielo de agua cristalina.
También residente del cinturón de Kuiper, Makemake tiene un diámetro de alrededor de 1.430 km. Es conocido por su superficie extremadamente brillante, cubierta de metano, etano y posiblemente nitrógeno congelado. Makemake tiene una luna conocida, descubierta en 2016, que ha permitido a los científicos estimar mejor su masa y densidad.
Eris: El más masivo de los planetas enanos
Eris es el más masivo de los planetas enanos reconocidos y se encuentra en el disco disperso, una región más allá del cinturón de Kuiper. Tiene un diámetro de aproximadamente 2.326 km, similar al de Plutón, pero con una masa mayor. Su descubrimiento en 2005 fue uno de los factores que llevaron a la redefinición de la categoría de planeta por la UAI en 2006. Eris tiene una luna conocida, Dysnomia, que ha sido crucial para determinar su masa.
Plutón: El rey del cinturón de Kuiper
Plutón, descubierto en 1930, se encuentra en el cinturón de Kuiper, una región llena de objetos helados en el borde de nuestro sistema solar. Tiene un diámetro de aproximadamente 2.370 km, lo que lo convierte en el mayor objeto conocido más allá de la órbita de Neptuno.
Su superficie está compuesta principalmente de hielo de nitrógeno, con trazas de metano y monóxido de carbono. En 2015, la sonda New Horizons de la Nasa sobrevoló Plutón, revelando una geología sorprendentemente diversa, incluyendo vastas planicies de nitrógeno congelado, montañas de agua helada y glaciares en movimiento.
En 2006, la Unión Astronómica Internacional (UAI) redefinió el término “planeta”, lo que llevó a la reclasificación de Plutón como planeta enano. Esta decisión se basó en tres criterios que un cuerpo celeste debe cumplir para ser considerado un planeta:
1. Orbitar alrededor del Sol.
2. Tener suficiente masa para que su propia gravedad le confiera una forma aproximadamente esférica.
4. Haber despejado la vecindad de su órbita de otros objetos.
Plutón cumple los dos primeros criterios, pero no el tercero, ya que comparte su órbita con objetos del cinturón de Kuiper. Esta región está poblada por numerosos cuerpos helados y restos de la formación del Sistema Solar, lo que implica que Plutón no ha limpiado su órbita de otros objetos. Por lo tanto, según la definición de la UAI, Plutón fue reclasificado como planeta enano.
Esta reclasificación generó controversia en la comunidad científica. Algunos astrónomos argumentaron que la definición era insuficiente y que otros planetas, como la Tierra, también comparten sus órbitas con objetos más pequeños, como los asteroides. A pesar de las críticas, la definición de la UAI se mantiene vigente hasta la fecha.