Sería muy ambicioso darle a los resultados de las elecciones regionales el alcance de ser un apoyo a las políticas del gobierno nacional. Más bien se encuadran en un posicionamiento de cara a las elecciones presidenciales de 2018, y ahí el resultado de Cambio Radical brinda considerable ventaja a Vargas Lleras.
La lógica de las elecciones regionales apunta a los problemas locales, con mayor peso de las maquinarias electorales. Algunos lograron vencer esa dependencia, como los candidatos elegidos con voto independiente, pero seguimos teniendo una votación muy amarrada. Aquí Luis Pérez y Didier Tavera son a las elecciones regionales lo que Musa Besaile y Ñoño Elías fueron a las parlamentarias.
El análisis de los resultados del Centro Democrático es complejo. Para hacer un símil, es como el que pierde 1-0: perdió, pero no por goleada. Lo que muestra es que, primero, las realizaciones del gobierno de Uribe ya van quedando lejanas, remotas, como para seguir soportando en ellas buena parte de su discurso. Al CD le ha pasado factura, además, el desgaste de la judicialización política. Y segundo, el énfasis excesivo en el tema de la seguridad, que para habitantes de Medellín o Bogotá aparece insuficiente, pues esperan un proyecto de modernización del país.