El Gobierno y las Farc están como el pastorcito mentiroso. Ya nadie les cree. En el pasado reciente han anunciado, por lo menos en dos ocasiones, la desvinculación de niños que están reclutados en las filas de las Farc y no han liberado a un solo menor de edad.
Las Farc, incluso, han señalado que no tienen menores en sus filas, en contravía de todos los informes de entidades nacionales e internacionales que corroboran que por lo menos el 30 por ciento de los guerrilleros han sido reclutados siendo niños.
Este anuncio no da cuenta de la dimensión del problema de reclutamiento de menores en los frentes de las Farc. Han anunciado la liberación de un puñado de niños, a sabiendas de que son centenares los menores que están en las filas forzosamente, lo cual constituye un delito de lesa humanidad por el cual tendrían que pagar cárcel los miembros del Secretariado, porque son delitos que no tienen otro tipo de castigo.
Sin lugar a dudas este anuncio trata de desviar la atención frente a la cascada de críticas sobre los anuncios del blindaje jurídico a los acuerdos. Esta es otra salida oportunista para distraer el debate.
No vemos nada serio ni sobre reclutamiento de niños, así como no lo hay con la extorsión y el narcotráfico.