Sobre el fracking hay riesgos altos, moderados y bajos en diferentes aspectos y estos se deben medir en el país y en las condiciones en que se practique.
El tema que a mí me preocupa es que teniendo esa escala de riesgos, en algunos países con una muy fuerte institucionalidad lo han prohibido, como por ejemplo en los Estados Unidos, en los estados de Nueva York y ahora parece que también en Pensilvania, que están sobre unos enormes yacimientos de gas esquisto. Y se ha prohibido también en otros países en donde las cosas se hacen con responsabilidad.
Entonces la preocupación mía es que el Gobierno, la ministra y la publicación del aviso reciente patrocinada por los petroleros, se afirme tan contundentemente que todos esos riesgos se van a manejar bien en Colombia es engañar al público.
Colombia tiene una institucionalidad ambiental muy débil y una institucionalidad minera igual, muy débil.
Entonces todos esos riesgos (altos, moderados y bajos) que implica la práctica del fracking, son mucho más altos en Colombia por la debilidad institucional del país en materia de regulación y de control de la explotación minera y sus consecuencias en lo ambiental.