Hay tres decisiones claves que quedan en el despacho del ministro Ricardo Lozano, que no las firmó él, pero le corresponderán a su sucesor Carlos Correa. Estas serán un filtro para su gestión frente a los ambientalistas: Páramo de Santurbán, Quebradona y el Acuerdo de Escazú (sobre el acceso a la información, la participación pública, el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América y la protección de la vida de los líderes ambientales) que hoy tiene una fuerte oposición en el Congreso, que lo deja en veremos. A juicio de los ambientalistas ni Santurbán ni la Quebradona deben aprobarse.
En manos del nuevo ministro también está terminar la política de bosques, trazada a diez años por Lozano, acordada en conversación nacional. Sería formidable que el país lograra aprobar este programa con la asignación de recursos económicos que sean del caso. Deben reconocerse los grandes esfuerzos que el Gobierno ha hecho contra la deforestación, pero las metas siguen siendo insuficientes y poco ambiciosas. Si pretendemos ser protagonistas en el Pacto de Leticia tenemos que elevarlas.
El Gobierno acaba de lanzar el Pacto Global por los Páramos, sin desconocer sus intenciones, ojalá el discurso internacional se refrende con hechos en el país.