El sector de la vivienda en Colombia cerrará el 2025 con un punto de inflexión, entre señales de recuperación comercial, un ambiente macroeconómico presionado y una lista amplia de retos de cara al 2026.
La ruta hacia la reactivación dependerá de tres motores clave: la situación fiscal, la evolución de las tasas de interés y los costos de construcción. Además, de la puesta en marcha de las propuestas impulsadas por el sector constructor.
Las cifras muestran una economía apretada, pero un mercado de vivienda que se resiste a frenar. A octubre, en los últimos 12 meses del 2025, las ventas crecieron 11,3% y los lanzamientos aumentaron 9,7%, un comportamiento jalonado principalmente por la vivienda No VIS.
Para Camacol, el gremio constructor, este repunte demuestra que el interés de las familias en adquirir vivienda se mantiene, incluso en un año marcado por un estrecho margen fiscal y una inflación persistente.
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Crecen ventas de vivienda No VIS y regiones sostienen la VIS con subsidios locales
El presidente de Camacol, Guillermo Herrera, detalló que la vivienda No VIS es hoy el motor del sector, liderando las ventas y nuevos lanzamientos.
Pero el panorama de la Vivienda de Interés Social (VIS) ha dependido más de los esfuerzos regionales que del Gobierno Nacional.
Bogotá, Antioquia y Atlántico activaron sus propios programas de subsidios para compra de vivienda nueva, lo que ayudó a mitigar el impacto de la suspensión del programa nacional Mi Casa Ya, que durante años fue el principal impulso para la demanda de hogares de ingresos bajos y medios.
“La reactivación del sector dependerá de la situación fiscal y de la capacidad del próximo gobierno para optimizar el gasto social en programas efectivos, como los de vivienda”, afirmó Herrera durante el balance 2025 y las proyecciones para 2026.
El dirigente agregó que también será decisiva la trayectoria de las tasas de interés hipotecarias, influenciadas por la política monetaria y el riesgo país, y los costos de construcción, que siguen enfrentando presiones al alza.
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Cinco propuestas para reactivar el sector constructor en 2026
El camino para consolidar la recuperación, según Camacol, pasa por implementar cinco propuestas clave:
1. Recuperar el programa Mi Casa Ya, suspendido por el Gobierno Nacional.
2. Impulsar un programa de Reactivación para Todos, que abarque distintos segmentos de mercado.
3. Restablecer incentivos al ahorro, especialmente las cuentas AFC.
4. Promover nuevos modelos de negocio, ajustados a las necesidades regionales.
5. Avanzar en políticas urbanas que permitan construir ciudades ordenadas y sostenibles.
Para Camacol, estas medidas serían el soporte de una reactivación que busca ser más estable y menos dependiente del gasto público coyuntural.
Proyecciones del 2026: más ventas y repunte de obras pese a menos recursos para VIS
De cara al 2026, el sector tendrá que moverse en un entorno retador. La inversión pública en Vivienda de Interés Social será la más baja en más de una década.
Aunque el Presupuesto General de la Nación (PGN) crece más del 5%, la inversión del Gobierno en vivienda caerá 35,7%.
Aun así, Camacol prevé una recuperación moderada, pero constante, con un crecimiento de ventas entre 5% y 12%. Y un repunte de inicios de obra superior al 13%, retornando a terreno positivo.
Este giro representaría una oportunidad para reanimar la inversión privada en Colombia, uno de los motores que más ha perdido fuerza en el último año, dijo el gremio.
La construcción, según Camacol, puede aportar empleo, dinamizar la economía y responder a una necesidad urgente de miles de familias, que es acceder a vivienda propia y reducir la informalidad urbana.
La falta de vivienda nueva está presionando la inflación en Colombia
Aunque la inflación anual a noviembre llegó a 5,3%, una parte importante de esa cifra se explica por el comportamiento del alojamiento y los servicios asociados. Este rubro aporta 1,65 puntos porcentuales al dato total.
El motivo es el pago por alojamiento representa el 21% de la canasta del IPC y más del 40% del consumo de los hogares pobres. Es decir, cualquier cambio en arriendos tiene un impacto directo y fuerte sobre la inflación.
Y los arriendos están subiendo por una razón estructural, la caída en la oferta de vivienda nueva.
Por ejemplo, en octubre de 2025, la oferta disponible era de 156.000 unidades, 14.000 menos que un año atrás. Y la caída lleva 19 meses consecutivos.
Mientras tanto, Colombia forma 370.000 hogares nuevos al año, una presión natural sobre la demanda urbana. Menos oferta con más hogares buscando vivienda equivale a arriendos más altos, lo que termina empujando la inflación, detalló Camacol.
Por eso, “la provisión de vivienda formal no solo mejora los indicadores sociales y aumenta la capacidad productiva del país, también es un ancla clave para la estabilidad macroeconómica. Construir más vivienda significa ayudar a controlar los precios de uno de los bienes más determinantes en la vida de los hogares”, dice el gremio en un comunicado.
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