El ministro de Hacienda, Germán Ávila, llevó al Congreso la nueva reforma tributaria con la que el Gobierno quiere tapar un hueco fiscal de $26,3 billones en el presupuesto de 2026.
El proyecto toca varios frentes: desde el impuesto de renta y el IVA hasta los combustibles, el patrimonio, los dividendos y hasta los juegos de azar en línea.
“De los $556,9 billones del presupuesto necesitamos $26,3 billones. No solo queremos cubrir el 2026, sino asegurar estabilidad fiscal en el mediano plazo”, dijo Ávila al radicar la propuesta, que no despierta mucho entusiasmo entre las bancadas del Congreso.
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¿Quiénes pagarían más con la nueva tributaria de Petro?
Si la iniciativa se aprueba, habrá más cargas para empresas petroleras y carboneras, que tendrían un impuesto de renta adicional hasta del 15%, lo que elevaría su tributación total a un 60%.
Los dividendos al exterior subirían del 20 al 30%, lo que significa que un inversionista extranjero terminaría entregando al Estado más de la mitad de sus utilidades.
También se tocarían los bolsillos de quienes fuman, beben alcohol, compran motos de alto cilindraje, apuestan en línea o se hacen cirugías estéticas.
Incluso los carros híbridos perderían beneficios tributarios y se gravarían más los combustibles: gasolina y ACPM empezarían con un 10% en 2026 y 2027, y después quedarían en la tarifa general del 19%.
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También el proyecto plantea que quienes ganen desde $6,6 millones mensuales verán un aumento en la tarifa del impuesto de renta, que podría llegar al 41% para ingresos superiores a $1.543 millones al año.
Además, el impuesto al patrimonio bajaría su umbral de entrada, ya no sería para fortunas de $3.600 millones, sino desde los $2.000 millones, lo que ampliaría la base de contribuyentes.
Asimismo, hay más frentes de recaudo como
-Los juegos de azar en línea pagarían 19% de IVA.
-Los envíos de paquetes de más de 200 dólares tendrían una tarifa del 19%.
-Las iglesias también tributarían por ingresos comerciales distintos al culto.
-Las instituciones financieras y aseguradoras llegarían a una tasa del 50%.
-Se impondría un impuesto al carbono de $42.069 por tonelada en 2026, que subiría hasta 2029.
-Aparecería un gravamen especial de 1% a la extracción de petróleo y carbón.
Esta es la tercera apuesta tributaria del Gobierno Petro. La primera, en 2022, recaudó $20 billones. La segunda, en 2023, buscaba $12 billones, pero fracasó en el Congreso.
Ahora, el reto es mayor: conseguir 1,4% del PIB con medidas que, según voces críticas como la del exministro José Manuel Restrepo, “afectan directamente a las personas trabajadoras” y resultan “inoportunas e innecesarias”.
La reforma tributaria trae un paquete fuerte para el sector empresarial. En primer lugar, las instituciones financieras tendrían que asumir una sobretasa de 15 puntos, lo que llevaría su tarifa de impuestos hasta un 50 % en total.
El sector minero-energético tampoco queda por fuera. El Gobierno busca que el carbón pague la misma sobretasa que el petróleo, 15 puntos adicionales cuando el precio internacional supere el percentil 65 de sus registros históricos.
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Además, se incluye un nuevo impuesto del 1% sobre la primera venta o exportación de petróleo y carbón, aunque con una excepción: quedarán exentos quienes facturen menos de 50.000 UVT, es decir, unos $2.500 millones.
Otro punto clave está en los servicios públicos. Las empresas vigiladas por la Superintendencia de Servicios Públicos deberán aportar hasta el 0,5% de sus gastos de funcionamiento al Fondo Empresarial, con el fin de garantizar recursos para rescatar compañías en crisis.
En números, el Ministerio de Hacienda estima que el golpe a las personas jurídicas será de $1,3 billones en 2026, cifra que subiría a $3,2 billones en 2030.
En paralelo, los impuestos con enfoque ambiental recaudarían $617.000 millones en 2026 y $929.000 millones en 2030, mientras que en el renglón minero-energético el impacto iría de $869.000 millones a $1,1 billones en el mismo periodo.
El capítulo más ambicioso, sin embargo, está en los impuestos al consumo de alcohol y tabaco. Solo en este frente, la meta es pasar de recaudar $7,8 billones en 2026 a casi $10 billones en 2030.
En total, el Gobierno proyecta un recaudo de más de $26,2 billones en 2026 con esta reforma, que escalaría hasta superar los $37 billones en 2030.
El ministro de Hacienda insiste en que el proyecto es progresivo: “quien más tiene, más paga”. Y añadió que se incrementará la tarifa a los dividendos enviados al exterior, con el fin de estimular que esas utilidades se reinviertan dentro del país.
Otros sectores pagarían más IVA y consumo con la reforma
Uno de los capítulos más pesados de la reforma tributaria es el que toca el IVA, ese impuesto que pagamos todos cuando consumimos bienes y servicios.
El Gobierno calcula que las exenciones y tratamientos especiales que hoy existen en este impuesto generan un hueco cercano a 88 billones de pesos cada año. Por eso, varios sectores que tenían beneficios verán cambios en sus tarifas.
Entre los más destacados están los juegos de azar en internet, los vehículos híbridos, los licores, los servicios turísticos para extranjeros, los combustibles líquidos y hasta los parqueaderos en zonas comunes de conjuntos residenciales.
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El ministro de Hacienda, Germán Ávila, fue enfático al decir que muchas de estas exenciones nacieron con buenas intenciones sociales o sectoriales, pero terminaron beneficiando más a los hogares de mayores ingresos y reduciendo el espacio fiscal para financiar inversión y gasto social.
Por ejemplo, en el caso de los juegos de suerte y azar en internet, la propuesta es fijarles desde 2026 una tarifa de IVA del 19%, la misma que ya se les impuso de forma temporal por decreto, en medio de la conmoción interior en el Catatumbo.
Aunque Hacienda asegura que las apuestas han seguido creciendo, Fecoljuegos advierte que sus ingresos reales cayeron 32% desde que se aplicó el impuesto.
Otro ejemplo son los carros híbridos que hoy pagan solo un 5% de IVA, pero la reforma los llevaría a la tarifa plena del 19%.
Según la Dian, ese ajuste dejaría 146.000 millones de pesos adicionales al fisco en 2026. La justificación oficial es que estos vehículos, aunque menos contaminantes que los tradicionales, todavía generan un impacto ambiental considerable y suelen ser adquiridos por los hogares de mayores ingresos.
Por su parte, en el caso de las bebidas alcohólicas, el Gobierno quiere subir el IVA al 19% (hoy está en 5% para aguardiente, ron, whisky, brandi, vodka, vinos y sidras) y rediseñar el impuesto al consumo.
Esto incluye cambiar la forma de calcular la base gravable en la cerveza y fijar una tarifa mixta: 30% ad valorem más 1.000 pesos por grado alcohólico por litro, actualizada cada año con inflación más cuatro puntos.
Con estas medidas, Hacienda espera recaudar en 2026 cerca de 784.000 millones de pesos adicionales por IVA y 6,5 billones por impuesto al consumo de bebidas alcohólicas.
Por último, el proyecto también elimina la exención de IVA para servicios turísticos prestados a no residentes. En adelante, los extranjeros que vengan a Colombia tendrían que pagarlo, con la promesa oficial de que esto no será un freno para el turismo internacional.
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