En Colombia cada vez hay menos cunas y más collares. Este giro no solo está redefiniendo los vínculos afectivos, sino también los patrones de consumo: crece el gasto en productos para animales de compañía, mientras disminuye la compra de pañales o bienes para bebés.
Y es que la transformación demográfica que respalda esta tendencia ha sido evidente en la última década. Según datos de Kantar Worldpanel, la población pasó de 47,1 millones en 2015 a 52,9 millones en 2024. Sin embargo, los hogares son ahora más pequeños: en promedio, pasó de 3,3 integrantes en 2015 a 2,9 en 2024.
Esta reducción en el tamaño de las familias está estrechamente ligada al descenso sostenido de la natalidad. El Dane reportó que en 2024 nacieron 453.901 bebés, un 12% menos que en 2023. Frente a 2015, la caída es aún más marcada: 207.098 nacimientos menos, lo que equivale a una reducción del 31,3%.
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Pero mientras las cunas se vacían, otros integrantes llegan a los hogares. Cerca del 67% de los hogares colombianos —es decir, dos de cada tres— tiene al menos una mascota. En 2020 la cifra era del 48%, lo que muestra un salto de 19 puntos porcentuales en apenas cinco años. Actualmente, el 49% de los familias en el país tiene perro —frente a un promedio mundial del 34%— y el 38% convive con al menos un gato, muy por encima del 26% global.
Ese cambio también se refleja en el consumo. El 73% de los colombianos compra actualmente productos para animales, con los perros como principales destinatarios: el 56% de esas adquisiciones se dirige a ellos, un segmento que creció 9% en los últimos dos años.
El contraste con otros bienes de consumo es evidente. En ese mismo periodo, la compra de pañales se redujo en 9% y hoy apenas está presente en el 34% de los hogares, reflejando el impacto directo del declive en los nacimientos.
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Este doble movimiento —menos cunas y más collares— está marcando un cambio estructural en la composición de los hogares colombianos y abre la puerta a nuevas dinámicas de consumo, donde los animales de compañía empiezan a ocupar el espacio que antes tenían los hijos.
¿Por qué hay menos hijos y más mascotas?
La reconfiguración de los hogares en Colombia no puede entenderse solo como un cambio de gustos o preferencias individuales. Detrás de este fenómeno laten transformaciones demográficas profundas, similares a las que atraviesan muchas sociedades modernas. La caída de la natalidad y el auge de las mascotas son, quizá, las dos expresiones más visibles de un mismo proceso multifactorial.
Según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Dane, la fecundidad en Colombia pasó de 6,7 hijos por mujer en 1960 a 1,7 en 2017 y, más recientemente, a apenas 1,1 en 2024. Este desplome no responde a una sola causa: es el reflejo de cambios estructurales y coyunturales que han redefinido la forma en que los hogares toman decisiones.
Uno de los factores más determinantes es la creciente participación de las mujeres en el mercado laboral. De acuerdo con Corficolombiana, la tasa global de participación femenina se triplicó en seis décadas, al pasar del 20,3% en 1964 al 51,7% en 2024. Con más mujeres trabajando y construyendo proyectos de vida independientes, la maternidad tiende a postergarse o replantearse, lo que impacta directamente el tamaño de las familias.
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A ello se suma el peso de los costos económicos. Los analistas de Corficolombiana proyectan que, durante los últimos 20 años, los gastos asociados a la crianza —vivienda, alimentos, educación básica y media, y salud— han crecido de manera sostenida por encima de la inflación. Tras la pandemia, esta tendencia se intensificó, elevando aún más las barreras para formar una familia.
Las cifras son elocuentes: mantener un hijo hasta los 18 años costaba, en promedio, $300 millones en 2024, equivalente a 11 años del salario de una persona entre 25 y 64 años, según estimaciones basadas en la cuenta de transferencias del Dane.
Esta carga financiera explica, en buena medida, por qué muchos hogares deciden tener menos hijos o incluso redirigir su afecto y sus recursos hacia otras formas de compañía: las mascotas.
Mercado de mascotas está en ascenso
El auge de perros y gatos en los hogares colombianos refleja este giro. Lo que comenzó como una tendencia moderada terminó convirtiéndose en un boom de adopciones sin antecedentes recientes. Familias que nunca habían considerado tener un animal decidieron abrirles espacio, encontrando en ellos no solo compañía y afecto, sino también un antídoto frente a la soledad y el aislamiento.
El vínculo afectivo con los animales vino acompañado de un dinamismo económico que transformó por completo el mercado. La industria de alimentos para mascotas, antes limitada a croquetas genéricas, se sofisticó con rapidez: hoy incluye dietas formuladas por veterinarios, menús hipoalergénicos, recetas gourmet, opciones veganas y fórmulas diseñadas para necesidades específicas, como problemas digestivos o deficiencias nutricionales.
Este fenómeno abrió la puerta a un negocio multimillonario en constante expansión, impulsado por la innovación y la creciente disposición de los hogares a gastar más en sus animales de compañía.
Y no se limita a la comida: la industria de accesorios también vive un auge sin precedentes. Collares de lujo, ropa de temporada, impermeables, juguetes interactivos, carriolas e incluso colecciones exclusivas de diseño conforman un catálogo que se parece cada vez más al de productos infantiles que al de simples artículos para mascotas.
Según datos de Euromonitor, solo el gasto en mascotas en Colombia alcanzaría los $6,1 billones en 2026, con un peso predominante en alimentación, atención médica veterinaria y accesorios.
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Humanización de mascotas: gasto en mascotas versus gasto en hijos
La humanización de los animales de compañía se ha convertido en uno de los motores más poderosos del mercado de productos y servicios para mascotas. Lo que antes respondía únicamente a un vínculo emocional, hoy se traduce en un patrón de consumo masivo que abarca desde la alimentación especializada hasta la oferta de servicios premium.
En la práctica, los perros y gatos han dejado de ser simples animales domésticos para ocupar un lugar equivalente al de un hijo dentro de muchos hogares.
En este contexto, Bibiana Gómez, business development manager de Worldpanel by Kantar, plantea una pregunta importante: ¿resulta más barato tener un perro que un niño?
A primera vista, la respuesta no es tan clara. Mientras el gasto anual en alimentos para mascotas alcanzaría en promedio los $270.000 por hogar, la inversión en pañales se ubica alrededor de $229.000. La diferencia parece mínima si se analizan únicamente estos dos rubros.
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No obstante, Gómez advirtió que la comparación cambia cuando se considera el panorama completo. Además de la comida, los hogares estarían destinando entre $90.000 y $120.000 mensuales al cuidado de sus mascotas, cifra que puede multiplicarse si se incluyen servicios como atención veterinaria, juguetes, guarderías o tratamientos especializados.
En consecuencia, el costo total de mantener una mascota podría superar el gasto que implica un bebé en pañales, lo que confirma que la humanización también se refleja en el presupuesto familiar.
Ahora, más allá del bolsillo, los datos también muestran otro fenómeno social profundo: una competencia silenciosa entre bebés y mascotas dentro de los hogares. Según Worldpanel by Numerator, apenas el 12% de las familias con bebés convive además con un animal de compañía, mientras que en los hogares sin niños la cifra se dispara al 88%.
Este contraste sugiere que, en muchos casos, perros y gatos ocupan el lugar que antes tenían los hijos pequeños, no solo en términos económicos, sino también en espacio, tiempo y afecto disponibles.
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Principales empresas en la industria de mascotas
El auge de la nutrición premium, el énfasis en la salud y el bienestar de los animales de compañía, y la expansión de los canales digitales, ha transformado el mercado de mascotas en Colombia. En 2024, el sector consolidó a sus principales jugadores, cada uno con estrategias propias pero todos en clara senda de crecimiento.
Como explicó Gómez, comprender este nuevo rol de las mascotas “no es opcional para las marcas, es esencial. Quienes lo integren en sus estrategias conectarán con las emociones, prioridades y necesidades reales de los consumidores hoy”.
Un mapeo reciente de Mall & Retail confirma esta tendencia: la categoría alcanzó un nivel de madurez que la posiciona como una de las más atractivas dentro del retail especializado.
En la cima de las marcas con más peso en este mercado se encuentra Laika, con ingresos de $165.895 millones. Pese a una caída del 3,2% frente a 2023, atribuida a los costos de su expansión regional y la competencia digital, mantuvo su liderazgo gracias a un modelo omnicanal sólido, más de 4.000 productos, un programa de membresías y soluciones tecnológicas para optimizar inventarios y mejorar la experiencia de compra.
Muy cerca, Agrocampo registró ingresos por $165.533 millones, con un crecimiento del 3,3%. Nacida como proveedora de insumos agropecuarios, la empresa se ha reconvertido hacia el mercado urbano con alimentos especializados, accesorios y medicamentos.
El tercer lugar lo ocupó Tiendas Puppis, con ingresos de $123.243 millones y un notable crecimiento del 12,5% en 2024. Con más de 70 puntos de venta en las principales ciudades, integra tiendas, clínicas veterinarias, peluquería y hospitales especializados.
“Su presencia en centros comerciales de alto tráfico, junto con una sólida plataforma digital y un plan de expansión agresivo, la posiciona como el competidor con mayor potencial para acortar distancias con los líderes tradicionales”, indicó la firma de consultoría.
En cuarto lugar se ubicó Animals, con ingresos de $95.867 millones y un crecimiento del 4,9%. Su propuesta combina productos tradicionales con líneas premium y naturales, complementadas con asesoría nutricional, lo que fortalece su atractivo frente a un consumidor cada vez más exigente.
Con solo estos cuatro competidores, el mercado de mascotas en Colombia supera los $550.000 millones en ingresos y se perfila como uno de los segmentos de mayor proyección dentro del retail. Para Mall & Retail, su futuro dependerá de la capacidad de las marcas para adaptarse a tendencias globales como la humanización, la premiumización y la digitalización.
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Así las cosas, cada vez más hogares deciden no tener hijos, mientras crece la adopción de mascotas, transformando la vida familiar y los hábitos de consumo. Perros y gatos ya no son solo compañía: son parte del corazón y del presupuesto de las familias colombianas.