viernes
7 y 9
7 y 9
En los últimos tres meses los precios del café experimentaron múltiples repuntes y una elevada volatilidad atribuida inicialmente a la incertidumbre en torno a la oferta del grano y al ajuste del mercado por la pandemia de la covid-19.
En una publicación de la Organización Internacional del Café (OIC) y el Instituto Internacional de Investigación de Políticas de Alimentación (IFPRI), expertos de esas entidades explicaron que el precio indicativo, que es una media ponderada de todos los principales orígenes y tipos de café, mostró desde febrero una tendencia fluctuante pero al alza.
“Tras un aumento en marzo con respecto al mes anterior del 6,9 % (un promedio de 1,09 dólares por libra), el promedio del precio indicativo en abril fue de 1,08 dólares, el tercer promedio mensual más alto en el año de cosecha 2019-2020 y un 15,3 % más alto que el del año anterior (0,94 dólares)”, se describió en el texto.
Esos cambios en los precios estuvieron impulsados por el café arábica (variedad que se cultiva en Colombia), que representa alrededor del 60 % del café comerciado en todo el mundo y cuyas perturbaciones en el suministro suscitaron más preocupaciones.
Fue así como el precio del café suave colombianos, por ejemplo, aumentó un 8,6 % en marzo y un 1,8 % en abril y registró un promedio de 1,61 dólares por libra.
En ese contexto, vale anotar que los caficultores nacionales han sentido esa dinámica en los precios internacionales toda vez que el precio promedio mensual en abril fue de 1,17 millones de pesos por carga de 125 kilos, mientras que en el mismo mes del año pasado fue de 680.567 pesos.
Desde la OIC y la IFPRI se advirtió que los diversos efectos en la oferta y la demanda se dejarán sentir en distintos momentos y contribuirán aún más a la incertidumbre en el mercado mundial y a que continúe la volatilidad de los precios del grano.
“La pandemia podría tener también grandes repercusiones en la pobreza y la inseguridad alimentaria de los 25 millones de productores de café de todo el mundo, la mayoría de los cuales son productores en pequeña escala en países de ingresos bajos y medianos que no están preparados para responder a una crisis de la salud pública de esta magnitud” se lee en el documento “Precios volátiles del café: covid-19 y factores fundamentales del mercado”.
Anticipándose al comienzo del ciclo de cosecha, que empieza en octubre en más de la mitad de los países productores de café como Colombia, se planteó la posibilidad de establecer respuestas de urgencia para mitigar el impacto de la pandemia y apoyar a los países con menos capacidad institucional.
Eso incluye poner en práctica directrices de seguridad que protejan a los agricultores y trabajadores en toda la cadena de valor durante la cosecha y proporcionar redes de seguridad social a corto plazo que protejan los ingresos de grupos vulnerables (ver Para saber más).
También se sugirió facilitar la recuperación y fomentar al mismo tiempo la sostenibilidad a largo plazo, y que las instituciones financieras internacionales, incluidos los bancos de desarrollo multilateral, puedan apoyar al sector cafetero en la replantación y rehabilitación de cafetales en caso de un próximo período de disminución de la demanda mundial.