En el Parque de la Conservación, en Medellín, quieren llevar a buen puerto una fundamental y difícil misión para intentar salvar de la extinción a una de las especies de aves más amenazadas por el tráfico ilegal de especies: las guacamayas verdes limón (Ara ambiguus).
La pareja, una especie de adán y eva emplumados, hacen parte de las especies que tiene el Parque de la Conservación, antes llamado zoológico Santa Fe. Sin embargo, a diferencia de los animales que están expuestos al público para hacer pedagogía sobre la biodiversidad del país y del planeta, estas dos guacamayas se encuentran aisladas en un lugar al que solo tiene acceso el personal del parque. Según explicó Óscar Medina, coordinador de población animal del parque, esto se debe, precisamente, a que necesitan mantenerlas libres de cualquier alteración que puedan sufrir por estar en interacción con las personas.
De esta manera, según el experto en diálogo con Telemedellín, es posible que conservar su etología, es decir, su comportamiento silvestre y que de esta manera se sientan en capacidad de vivir en pareja y desarrollarse tal como lo harían en libertad.
Si tienen éxito en el proceso de reproducción, explicó Medina, las crías que nazcan de esta pareja a mediano y largo plazo podrán ser liberadas en el hábitat natural de esta especie y de esta manera apoyar un proceso de conservación fundamental para evitar que se extingan de los bosques que deberían ocupar, pero de donde han desaparecido a causa del flagelo del tráfico.
La guacamaya verde limón habita bosques desde Honduras hasta el noroeste de Colombia y tienen también un reducto de población aislada al oeste del Ecuador. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la calificó hace poco como especie en peligro crítico de extinción debido al acelerado declive de sus poblaciones no solo por el tráfico sino por la destrucción de bosques a causa de la deforestación.
Esta especie es considerada como la más grande entre los loros distribuidos naturalmente en América y la segunda especie de guacamayo más pesado del continente (la tercera en el mundo). Llegan a medir entre 85 a 90 cm y pesa 1,3 kg. Su juego de colores majestuoso es, tristemente, una de las razones por las que son objeto de caza masiva. Su frente es rojizo, al igual que la cola que es rojo parduzco con un toque azul en la punta. El guacayamo verde limón tiene un pico pequeño y estrecho, es otra de sus características.
En Colombia, esta especie se mueve por bosques más húmedos, tienen predilección por zonas con altas precipitaciones. Son maratonistas del aire, cubren enormes distancias en pequeñas bandadas de entre 18 y 40 individuos que trabajan en una manera compleja y coordinada para proveer el alimento a todos los integrantes del grupo. Consumen semillas, frutos de más de 40 especies de flora y son monógamos hasta la muerte. Una vez consiguen pareja forman una vida con esta de manera definitiva. Les gusta anidar en cavidades de troncos de árboles secos. Una vez en gestación, la hembra incuba huevos por 30 días mientras el macho se encarga de llevar alimentación al nido. Los dos son padres presentes mientras sus crías son pichones.