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La fe de Haydeé Bracho por José Gregorio Hernández Cisneros surgió de pequeña, en los años 60 y en su natal Caracas, cuando se crió a un costado de La Pastora, la parroquia en la que desplegó sus conocimientos el beato que hoy enorgullece a Venezuela.
Pero la verdadera devoción le surgió de adulta, a los 43 años, cuando un fuerte dolor abdominal la obligó a internarse de urgencias en un hospital, en 2002.
“Me operaron de la vesícula. Después de la cirugía, me levanté a andar por el pasillo, y en la habitación quedaron mi hija pequeña y una ahijada. De repente alguien tocó la puerta, y cuando ellas abrieron, resultó ser un médico que nadie conocía, y preguntó por mí, que si Haydeé ya podía caminar. Estaba vestido de negro y con sombrero, y nunca se supo quién era, pero tenía las mismas características del doctor José Gregorio”, relató ahora la comerciante de dulces, a sus 62 años de edad.
Para ella, fue como si el espíritu del venerable galeno hubiese bajado del cielo para darle una ronda. “Cuando alguien cercano se enferma, siempre le oro a él para que le ayude”, señaló Haydeé.
Anécdotas como la suya están rodando de boca en boca en el país vecino, pues este viernes será la ceremonia oficial de beatificación del docente, filántropo y científico latinoamericano.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) informó que se tratará de una celebración más íntima, debido a las restricciones que impone la covid-19, pero contará con actos simbólicos muy significativos; entre ellos, la presentación de las reliquias del llamado “Médico de los pobres”, fragmentos de su osamenta extraídos durante la exhumación del 26 de octubre de 2020, que serán depositados en 40 relicarios y distribuidos en templos y capillas.
¿Quién fue José Gregorio?
Hernández nació en Isnotú, una localidad del municipio Rafael Rangel, en 1864. Estudió Medicina en Caracas y luego varios cursos en Francia, de Bacteriología, Patología, Microbiología y especializaciones afines, en las cuales ejerció luego la docencia.
En diálogo con EL COLOMBIANO, monseñor Fernando Castro Aguayo, obispo de la Diócesis de Margarita, comentó que “fue un hombre del pueblo, nacido en una familia sencilla, que puso en práctica todos sus talentos médicos al servicio de los demás, y puso primero a Dios en todo lo que hacía”.
José Gregorio introdujo en Venezuela el uso de instrumentos de laboratorio para el diagnóstico y curación de enfermedades, los cuales trajo desde París, como el microscopio, y se preocupó por esparcir sus conocimientos en la Universidad de Caracas.
Falleció a los 55 años, en 1919, atropellado por uno de los pocos carros que circulaban en ese entonces en los alrededores de la iglesia La Pastora, cuando iba de afán para atender a una enferma. La zona se convirtió en un sitio de peregrinación y en ese templo se casó Haydeé, al igual que muchos otros devotos del médico.
“Desde el día de su muerte, la gente lo consideró un santo, y no solo aquí, en partes de Colombia también se le rinde culto, introducido por los venezolanos que han ido cruzando la frontera”, contó monseñor Castro.
Mas una cosa es el sentir del pueblo, y otra los trámites ante la curia romana. En 1949 la Arquidiócesis de Caracas inició el proceso de beatificación y canonización ante el Vaticano; en 1972, la Santa Sede le concedió el título de Siervo de Dios, y en 1986, el de Venerable.
El pueblo estaba expectante, pero no se lograba determinar lo fundamental en estos procesos: un milagro.
Monseñor Castro fue vicepostulador de esa causa entre 2011 y 2015, por lo que estuvo al tanto de cada paso: “En esa época recibí miles de cartas y mensajes de feligreses contando sus anécdotas y posibles milagros; todas se estudiaron, incluso dos casos en Roma, pero de ahí solo salió nada. Y justo cuando nadie estaba buscando, sucedió”.
El 10 de marzo de 2017, un padre de familia y su niña de 10 años fueron atracados en un caserío llamado Mangas Coveras, en el estado de Guárico, tal cual reseña el blog josegregorio.org. Los asaltantes pretendían hurtarles la moto, y uno de ellos le disparó en la cabeza a la infante Yaxury Solórzano Ortega.
Perdió mucha sangre y parte de la masa encefálica, por lo que el pronóstico científico era que, ante la remota posibilidad de sobrevivir, quedaría con daño cerebral permanente y discapacidad de por vida.
La madre de Yaxury le rezó a José Gregorio, y escuchó una voz cálida que le decía: “No te preocupes, que tu hija va a salir bien”.
La niña no solo sobrevivió a la cirugía, sino que hoy lleva una existencia normal, sin secuelas. En 2019 la Arquidiócesis de Caracas puso este expediente en manos de la Congregación para las Causas de los Santos, del Vaticano, conformada por clérigos, médicos, teólogos y otros expertos.
Dicha comisión reconoció el milagro y el 18 de junio de 2020 el Papa Francisco aprobó la beatificación.
¿Por qué es importante?
Al margen del aspecto clerical, una beatificación también es un acontecimiento social y cultural para las comunidades católicas. El teólogo colombiano y periodista experto en temas eclesiales, Manuel Puig-Durán Gómez, explicó su valor: “Aquí se puede observar la acción de Dios en una persona del común, que ha entregado su existencia en favor de Él, y cuyos actos redundan en la comunidad a la cual le hace el bien”.
A su juicio, “la beatificación nos muestra que los santos no son seres perfectos, sino personas de carne y hueso que también cometen errores, pero que logran una transformación en sus vidas gracias a la fe. Antes se creía que la santidad era la ausencia total de errores, ahora la visión del Vaticano es distinta, entre más humana sea una persona, más santa puede llegar a ser”.
Desde otra perspectiva, el procedimiento también puede tener su lado político. “En el caso de José Gregorio, que no ha estado exento de polémicas, hay un simbolismo relacionado con el pueblo venezolano. Puede ser un guiño de la Santa Sede para una nación que está sufriendo tanto, para que tenga esperanza en estos momentos, y siga las enseñanzas de un beato que la inspire espiritualmente”, concluyó Puig-Durán.
La polémica a la cual se refirió el experto se relaciona con el uso que le dieron algunos creyentes a la imagen de José Gregorio en los últimos años, al invocarla en rituales no católicos.
El presbítero Osvaldo Cano Torres es el director de la Federación Arquidiocesana de Educación Católica (Conaced Antioquia), y además teólogo, magíster en Ciencias Naturales y Matemáticas y docente del ITM y la UPB.
En su concepto, “aquí es importante recordar la dualidad entre cuerpo y alma: hay enfermedades del cuerpo, que también afectan el alma, y para esto último se requiere una cura. Y desde el punto de vista religioso, la fe sana”.
Esta idea se conecta con la beatificación de Hernández, porque “este médico supo encarnar esas dos dimensiones, como científico y creyente, lo cual lo hace un referente para los católicos. Es importante tener como modelo de vida cristiana a una persona que supo vivir la fe, no de forma impuesta por una tradición, sino en la práctica, por medio de obras que reflejaron las enseñanzas que contienen los evangelios”.
En una carta dirigida a los feligreses al pasado miércoles, el presidente de la CEV y arzobispo de Maracaibo, José Azuaje Ayala, les agradeció por el éxito de la gestión: “Su perseverancia y tenacidad, con su oración y las multiformes muestras de fe, posibilitaron la labor de quienes debieron realizar los pasos correspondientes”.
En la misiva, que también firmaron otros jerarcas de la iglesia local, Azuaje pidió a Dios “la gracia de un nuevo milagro”, requisito necesario, según la Ley Canónica, para que José Gregorio sea canonizado y declarado el primer santo venezolano.
Para los católicos de a pie, como Haydeé Bracho, conmemoraciones de este tipo son una recompensa a la fe de su país, “esta beatificación es lo máximo, es un momento de mucha alegría, en especial ahora que estamos con lo del coronavirus”.
En su tiempo, el Médico del Pueblo tuvo que lidiar con los efectos de la gripa española (1918-1920), hasta el día de su muerte. Quiso el destino que su beatificación llegara durante otra pandemia, la de la covid-19, tal vez para infundirle valor a su gente.