El consultor político republicano Roger Stone, exasesor del presidente Donald Trump, fue sentenciado este jueves a más de tres años de prisión por obstruir una investigación del Congreso de Estados Unidos, un caso que generó polémica por las intervenciones del mandatario en el proceso.
Stone, un veterano experto en comunicación de 67 años y uno de los confidentes de Trump de más larga data, fue condenado en noviembre por mentirle al Congreso y obstruir una investigación en la Cámara de Representantes sobre si la campaña de Trump había conspirado con Rusia para tener una ventaja en las elecciones de 2016.
“La verdad todavía importa. La insistencia de Roger Stone de que eso no importa, el orgullo que muestra sobre sus propias mentiras, son una amenaza para nuestras instituciones más fundamentales, que son las bases mismas de nuestra democracia”, dijo la juez del distrito Amy Berman Jackson al dictar la sentencia en la que, además, Stone tendrá que pagar una multa de 20.000 dólares.
Stone llegó a la corte vestido con un sombrero de ala negro con una amplia sonrisa, que no perdió tras el veredicto. No fue enviado a prisión de forma inmediata, pues la aplicación de la sentencia se aplazó mientras la jueza considera un recurso de la defensa para pedir un nuevo juicio.
Trump cuestionó en Twitter el tratamiento del caso en los tribunales cuando la corte federal se disponía a anunciar la sentencia, preguntando dónde estaba la “imparcialidad”. Stone es el sexto asesor de Trump en ser condenado por cargos que surgieron tras la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016.
“Intolerable”
La jueza del caso, que durante el proceso le prohibió a Stone subir contenidos a las redes sociales después de que publicara una foto de la magistrada con un signo que emulaba un tiro al blanco, criticó el jueves la forma que tuvo el acusado de manejar sus comunicaciones.
“Al elegir Instagram y Twitter como sus plataformas, él entendió que estaba multiplicando el número de personas que iban a escuchar el mensaje, atizando la a opinión pública en contra de la fiscalía y del Tribunal”, dijo la magistrada.
“Esto es intolerable para la administración de Justicia y la Corte no debería sentarse sin hacer nada y encogerse de hombros diciendo que esto es solo Roger siendo Roger”, agregó la jueza.
Seth Ginsberg, uno de los abogados de la defensa, argumentó antes del anuncio que la corte debía ser indulgente porque Stone “tiene una familia a la cual está dedicado plenamente y van a sufrir si él es encarcelado”. El abogado le pidió que viera a Stone como una persona y no como “el personaje que interpreta en la televisión”.
Esto cierra un capítulo en la turbulenta carrera de Stone, un declarado admirador del expresidente estadounidense Richard Nixon, que se tatuó la imagen del mandatario en los omóplatos y que presume de haber participado en las campañas victoriosas de este último, de Ronald Reagan y de Trump.
Stone defiende que es inocente y acusó a los miembros del jurado de tener prejuicios en su contra. Pero la última palabra la tiene Trump, que podría otorgarle un perdón presidencial.