Desde febrero de este año, uno de los más prestigiosos diarios de Estados Unidos, The New York Times, conoció de primera mano un reporte interno redactado por un panel de expertos, a los que Naciones Unidas encargó estudiar si hubo ataques químicos durante la retoma, por parte del régimen sirio, del suburbio de Guta, en Damasco, y la proveniencia de esas armas.
“Los presuntos componentes de armas químicas eran parte de por lo menos 40 cargamentos no reportados de Corea del Norte e Irán a Siria (enviados) entre 2012 y 2017, de partes de misiles balísticos y materiales para uso militar y cívico, según el reporte, que no ha sido difundido públicamente, pero que fue conocido por The New York Times”, decía por entonces el diario, advirtiendo ya que “los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que lo leyeron no dieron comentarios”.
Este fin de semana, el rotativo conmocionó a la opinión pública internacional al revelar que en su informe final, la ONU supuestamente omitió muchos de los detalles que conoció con antelación del reporte que le habían entregado dichos expertos. Según el Times, siete páginas del borrador anterior, quedaron resumidas a dos párrafos en el documento final.
Entre los detalles que omitió, según el diario, está el hecho de que se confirmó que las armas químicas eran de fabricación iraní, y hubo pruebas de dos ataques del régimen: uno con disparos de artillería cargada con una sustancia similar al cloro, y otro con una gran bomba que causó la muerte de 49 personas, incluyendo 11 niños.
