El conflicto entre India y Pakistán escaló el miércoles con bombardeos de las fuerzas de Nueva Delhi contra el país vecino y disparos cruzados de artillería en la disputada región de Cachemira, con 31 muertos del lado pakistaní y 12 del lado indio.
India anunció la destrucción de “nueve campamentos terroristas” en territorio pakistaní.
Por su lado, Pakistán afirmó que derribó cinco aviones de combate indios y denunció la muerte de 26 civiles inocentes, entre ellos dos niños, en el bombardeo indio.
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Según Nueva Delhi, al menos 12 personas murieron y 38 resultaron heridas en la localidad india de Poonch por fuego de artillería pakistaní.
Un portavoz del ejército pakistaní informó por su parte de 26 muertos por un bombardeo indio.
En medio de la violencia, el Comité de Seguridad Nacional de Pakistán llamó el miércoles a la comunidad internacional a “hacer responsable” a India por la violación del derecho internacional.
Pero el ministro indio de Defensa, Rajnath Singh, insistió en que los “objetivos” fueron “destruidos con gran precisión, asegurando que la población civil [...] no se veía afectada” y recalcó que Nueva Delhi ejerció su “derecho a responder a un ataque en [su] territorio”.
Las hostilidades entre estas dos potencias nucleares estallaron a raíz de un atentado el 22 de abril en la parte india de Cachemira que causó 26 muertos. Nueva Delhi responsabiliza de la acción a Islamabad, que lo niega.
Cachemira es una región de mayoría musulmana dividida entre India y Pakistán, disputada por ambos países desde que se independizaron de Reino Unido en 1947.
El atentado estuvo seguido por días de intercambios de disparos con armas ligeras en la frontera de facto entre ambos países y amenazas de una acción militar india como represalia.
En la noche del martes al miércoles, el gobierno indio anunció “ataques aéreos de precisión” en la Cachemira pakistaní y el estado fronterizo de Punyab. La acción destruyó “nueve campamentos terroristas”, según India.
Sin embargo, el portavoz del ejército pakistaní, Ahmed Chaudhry, dijo que el bombardeo dejó 31 muertos y 57 heridos. Además, denunció un ataque que dañó gravemente la represa y planta hidroeléctrica de Neelum-Jhelum, en la Cachemira pakistaní.
El ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, acusó al primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, de lanzar estos ataques para “impulsar” su popularidad en su propio país, y aseveró que Pakistán ya respondió a los ataques.
“La represalia ya ha empezado”, dijo Asif a la AFP. “No tardaremos en igualar el marcador”, advirtió.
El portavoz militar Chaudhry aseguró que sus fuerzas habían abatido cinco aviones de combate indios y un dron en el espacio aéreo de India.