Hace unos días se conoció que Angie Rodríguez, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), sería destituida de su cargo. Sin embargo, en el transcurso de las semana anterior, el presidente Gustavo Petro decidió ratificarla en el puesto y, en un hecho poco frecuente en él, dio marcha atrás a una decisión de remoción.
Justamente, una entidad que ha enfrentado constantes tropiezos y dificultades durante la gestión del llamado “Gobierno del Cambio”, es el propio Dapre. Desde 2022, esta entidad ha estado dirigida por figuras reconocidas, aunque no precisamente por los resultados de su administración, sino por todo lo contrario.
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La silla más “poderosa”
El primer director del Dapre en el gobierno Petro fue Mauricio Lizcano, quien ocupó el cargo entre el 7 de agosto de 2022, hasta mayo de 2023, antes de pasar al Ministerio TIC. Aunque no protagonizó escándalos de gran magnitud durante su gestión, su nombre terminó vinculado al caso de corrupción de la UNGRD.
En medio de las investigaciones por los contratos de carrotanques y los presuntos sobornos a congresistas, Lizcano ha sido señalado de haber asistido a una reunión en Palacio donde se habrían acordado detalles del saqueo a la entidad. El exministro ha negado cualquier responsabilidad y rindió declaración ante la Corte Suprema. Pese a ello, su paso por el Dapre quedó asociado al mayor escándalo del petrismo.
Prófugo, Sarabia y la niñera
Uno de los alfiles, que en su momento fue una de las personas más cercanas al presidente Gustavo Petro, fue Carlos Ramón González. Asumió la dirección del Dapre el 26 de abril de 2023, en reemplazo de Mauricio Lizcano y permaneció en el cargo hasta el 23 de febrero de 2024. También fue cercano al actual ministro del Interior Armando Benedetti, otro gran allegado al presidente Petro y en quien reposan varios escándalos políticos que oscurecen aún más el círculo cercano del Jefe de Estado.
Cuando estuvo en el Dapre, tuvo influencia en la agenda presidencial y en los puentes políticos del Gobierno, además de ser uno de los hombres allegados al Presidente. Ahora es prófugo de la justicia y presuntamente estaría en Nicaragua, donde habría recibido asilo político. La Fiscalía, en noviembre pasado, radicó el escrito de acusación en su contra por el entramado de corrupción en la UNGRD. De acuerdo con el ente acusador, González habría actuado como uno de los principales articuladores políticos del entramado del desfalco de la entidad, junto con Olmedo López, exjefe de la UNGRD. Los delitos imputados incluyen cohecho por dar u ofrecer, peculado por apropiación en favor de terceros y lavado de activos.
Tras la salida de Carlos Ramón González, Laura Sarabia asumió la dirección del Dapre en medio de su estrecha cercanía con el presidente Gustavo Petro y de la necesidad de recomponer el manejo político y administrativo de la Casa de Nariño.
Su gestión, sin embargo, quedó marcada por el “caso de la niñera”. En 2023, Marelbys Meza, exempleada doméstica de Sarabia, denunció haber sido sometida a una prueba de polígrafo tras la desaparición de un maletín con dinero. Posteriormente, se conoció que se habrían usado recursos oficiales de la Presidencia y que hubo participación de miembros de la Policía; el caso ya dejó dos condenados.
El escándalo evidenció posibles abusos de poder y vulneraciones a derechos fundamentales. Sarabia dejó el cargo el 20 de enero de este año, fue designada canciller y actualmente se desempeña como embajadora de Colombia en el Reino Unido.
El de una semana y la actual
Tras la salida de Sarabia, el presidente Petro designó a Jorge Rojas Rodríguez como director del Dapre. Su paso por la entidad fue tan breve que duró una semana. Estuvo apenas seis días en el cargo, entre el 29 de enero y el 5 de febrero de este año. Su renuncia se produjo tras un tenso Consejo de Ministros, que dejó en evidencia profundas fracturas dentro del Gobierno; mismas que siguen hasta ahora.
El 6 de febrero de este año asumió la dirección Angie Lizeth Rodríguez, convirtiéndose en la quinta persona en ocupar la dirección del Dapre en menos de tres años de Gobierno. Si bien, desde que ingresó hasta ahora, no ha tenido un escándalo mayor, su gestión ha estado envuelta en tensiones internas en Palacio por su cercanía con Petro, que no caen bien en los pasillos de Palacio. Justamente, el episodio de su cuasi-salida de la dirección la semana pasada, estuvo fundada bajo especulaciones del crecimiento de su poder en el Gobierno.
Este diario conoció que personas cercanas a la Casa de Nariño habrían alertado al presidente sobre la presunta injerencia de Rodríguez en decisiones de varias carteras, lo que alimentó la percepción de que tiene un exceso de poder. Al final, el mandatario decidió que se quedara, en un movimiento por preservar una allegada importante antes del fin de su mandato. Todo, sucedió al tiempo en que se dieron a conocer unas imágenes en donde unos hombres habrían entrado a una vivienda de Rodríguez. Ella misma denunció el suceso y dijo que presuntamente tenía información de que algunas personas “presuntamente se reunieron para sacarme de la Presidencia”. No mencionó nombres.
La inestabilidad en el Dapre, es apenas uno de los casos en los que el Gobierno se ha visto involucrado por los constantes cambios dentro de los ministerios y carteras. Es, indiscutiblemente, un vestigio de las tensiones internas, los conflictos y las decisiones apresuradas que ha tenido la gestión actual que lleva el mando en Casa de Nariño.
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