La diversión se extiende más allá de las extremidades. ¡Está en todo el cuerpo! Así se deduce del proyecto Natal, una iniciativa que hizo pública Microsoft durante el E3, la feria mundial de la industria de los videojuegos, que se realizó la semana pasada, en Los Ángeles, Estados Unidos.
Durante la demostración de Natal, se evidenció el anhelo de desarrolladores e investigadores de la tecnología, de que el cuerpo actúe como la verdadera interfaz con la tecnología.
En una próxima consola XBox 360, no se necesitará un control o un aparato de control remoto para permitir que un jugador conduzca un auto en un juego, interactúe con un personaje en una pantalla o muestre información de otros usuarios.
El truco está en una cámara que sigue los movimientos de los usuarios mediante el trazado completo del mapa de su esqueleto. Combina una cámara, un sensor de profundidad, un micrófono y un procesador que evitan en conjunto el uso de botones o teclas.
La compañía explicó que el control puede registrar el movimiento del jugador, reconocer su cara y voz, escanear imágenes de objetos reales y responder a órdenes físicas y vocales.
De esta manera se renueva la experiencia de juego, lo que resultó ser el común denominador de la E3. De hecho, Sony también se unió a esta ola, al presentar un control que contiene una esfera iluminada al final de aparato que puede ser "vista" por la cámara de la PlayStation Eye.
El controlador fue presentado con un programa minimalista que lo transforma en la pantalla en objetos como una espada, linterna o pistola a través de la detección de movimiento.
El sistema, aún un prototipo, mostró muchas similitudes con la nueva versión del control de Wii, Wiimote Plus, presentado también por Nintendo en el marco de la feria E3, aunque con el añadido de funcionar con el complemento de una cámara que integra al jugador en el espacio.
Y esa es la clave, acercar al espectador con modalidades cada vez más inmersivas. Para ello, el cuerpo es el terreno de juego.
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