El césped del Atanasio Girardot está en regular estado, no hay discusión. Se nota a través de la televisión o recorriendo el campo y lo dicen los jugadores que lo pisan.
Para tener uno nuevo, como una mesa de billar o un tapete verde, se necesitaría cerrar el escenario entre cuatro y seis meses y esta tarea, además de los altos costos que implicarían el cambio total de la gramilla, es compleja y casi imposible en la ciudad más futbolera del país.
Si el cierre parcial durante un mes (todo marzo) por la inauguración de los Juegos Suramericanos generará grandes traumatismos para Medellín y Nacional, ¿cómo sería medio año?
Los encargados de su mantenimiento dicen que dentro de la cancha "jamás se encontrarán huecos o grandes desniveles" que pongan en riesgo la integridad física de los deportistas, y que después de los Juegos la afición verá un terreno en óptimas condiciones, similar o mejor al de la final de 2009.
Para quienes se preguntan ¿por qué la "pelaron" a finales del año pasado si se veía bien?, la respuesta del administrador Giovanni Caro se resume en un refrán popular: "era un mal necesario".
Agrega que en vista del servicio que tiene que prestar en el primer semestre de 2010, con la Liga Postobón, La Copa Postobón, la Copa Libertadores y cederla dos veces por semana para los entrenamientos de Nacional o Medellín la grama que había no aguantaba el trajín. También tenían que prepararla para la inauguración de los Juegos.
El verano poco ayuda
Una semana después de la vuelta olímpica del Medellín, se restituyó la grama vieja y acabada. Los obreros echaron químicos sobre ella y comenzó el proceso que en la actualidad avanza en forma positiva, según Carlos Monsalve, ingeniero de la unidad deportiva.
Y es paradójico. Mientras el verano ha sido un punto a favor para las obras de Juegos, para la cancha del Atanasio no. Hubo un día en que se registró, al mediodía, una temperatura de 45 grados centígrados, cuentan los expertos.
Hoy, la mayor parte de la grama es bermuda 419 y solo el 20 por ciento es macana, que esperan cambiar en poco tiempo. El hueco en el que por poco cae Tressor Moreno cuando iba a cobrar un tiro de esquina en el partido contra Santa Fe, el sábado, es parte de los trabajos para la inauguración de los Juegos Suramericanos.
Giovanni Caro dice que de ahora en adelante tendrán más cuidado para evitar sustos como éste, y advierte que la gente seguirá observando escavaciones y obras en la pista, pero que no afectarán en nada el desarrollo de los partidos del torneo profesional.
Frente a la imposibilidad de prestar el Atanasio para el duelo de Copa entre DIM y Corinthians, anota que, inclusive, al club antioqueño le habían notificado el cierre del estadio hasta el 15 de abril (mes y medio), tiempo que se rebajó a 30 días.
Así que por el momento la recomendación es tener paciencia, aguantar las críticas de otras ciudades y confiar en que en el futuro el estadio de Medellín volverá a tener una de las mejores gramas del país.
