Fundada el 28 de noviembre de 1904, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia está presente en 69 municipios del departamento y tiene 142.000 afiliados. Estos datos -relacionados con su historia y su presente- la convierten en una de las instituciones paisas con mayor trayectoria e impacto en la región. Consciente de la responsabilidad que implica un legado del tal importancia, las actuales directivas de la Cámara no dudan en afirmar que su trabajo diario tiene la finalidad de propiciar el crecimiento de “las empresas e instituciones sociales y culturales de la región”. En otras palabras, el objetivo de la Cámara es el de fortalecer el tejido social y empresarial de Antioquia.
Para conquistar dicha meta, la Cámara de Comercio diseña estrategias y fomenta espacios de formación para los empresarios y los emprendedores. Y en ese diseño tiene en cuenta la realidad de cada afiliado, la naturaleza de su empresa o de su idea de negocio. En ese sentido, la Cámara tiene un bloque de asesoría y acompañamiento para los pequeños empresarios. Se entiende como pequeñas y medianas empresas aquellas que tienen menos de dos o tres años de labores y que cuentan con un capital y una mano de obra pequeñas. “En ese bloque tenemos muchos servicios, que cuenta con la ayuda del gobierno nacional. Tenemos, por ejemplo, los programas ‘Fortalecete’ y ‘Crecer es posible’”, dice Rubén Augusto Valencia Sánchez, director de competitividad en la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
La realidad de los pequeños empresarios es la del comerciante que abre en la cuadra del barrio una pequeña tienda o la de la señora que después de ayudarle a hacer las tareas a sus hijos le quita tiempo al descanso para preparar arepas que se venderán en el supermercado o de la joven que aprendió a hacer aretes artesanales y abrió una cuenta en Instagram para venderlas a sus amigas y contactos. “Crecer es posible toma a esos empresarios pequeñitos y les enseña cuál es el camino para llegar a la formalidad, pero no solo desde el punto de vista legal, sino que les enseña desde el punto de vista de qué gana una empresa cuando el personal está vinculado con prestaciones sociales, cuando el negocio tiene NIT y RUT. Buscamos la formalización definitiva”, dice Valencia Sánchez. Y, por supuesto, este proyecto les enseña los mecanismos para, una vez estén en la formalidad, puedan acceder a los créditos bancarios y a los apoyos del Estado. Además también les ofrecen herramientas para mejorar sus número de producción y de ventas.
El otro bloque de acompañamiento está destinado a las empresas grandes y se trata de los clusters. En palabras sencillas, el cluster es un escenario de aprendizaje avanzado en el que los empresarios conocen en detalle las transformaciones que se han dado en el mundo en sus líneas de trabajo. Para hacer competitivos a los empresarios, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia hace poco más de quince años identificó las actividades económicas más destacadas del departamento y creó clusters para los empresarios de dichos sectores. En consecuencia, hay un cluster de Energía Sostenible, otro de Moda y Fabricación Avanzada, otro más llamado Medellín Health City, uno sobre Hábitat Sostenible, un quinto dedicado al turismo y otros dos, uno para el café y el último para negocios digitales. Con esta estrategia, según la Cámara de Comercio, se logró logró “la integración entre el sector público y privado para generar estrategias en torno al desarrollo económico y donde los empresarios de la región tuvieran una vinculación activa a este modelo”.