Rigoberto Urán se volvió tan cercano a la gente que es habitual verlo en la televisión o, simplemente, escucharlo en el Metro de Medellín dándole consejos a los cientos de personas que se movilizan en ese medio de transporte. Se dio a conocer en el ciclismo, pero por su trascendencia, se convirtió en un imán, un fenómeno social.
En las redes sociales también es bastante activo. No solo ganó fama mostrando sus logros deportivos, también detallando, con naturalidad y humor, situaciones de su vida privada, la misma que, más allá de convertirse en rockstar del pedalismo, evidenciaba que siempre fue un ser normal, con éxito y a la vez con dificultades, y que pese a ellas se levantaba para superarlas.
Su historia, la del deportista que sacó adelante a su familia gracias a su talento al pedalear y tras la muerte de su padre, con quien laboraba vendiendo chance por las calles de su natal Urrao, fue escrita es un libro y proyectada a través de una novela en tv, la cual ya ganó varios premios.
Cuando está rodando en su bicicleta por las calles, es un ídolo cercano a las personas. Su carisma y amabilidad hacen parte de su ADN.
En los 20 años que estuvo inmerso en el pedalismo de alta competencia, el subcampeón de los Olímpicos de Londres-2012, de los giros de Italia 2013 y 2014 y del Tour de Francia 2017, siempre sacó el tiempo para hablar con los medios de comunicación, más allá del asedio del público para sacarse una foto o pedirle un autógrafo o del tiempo tan limitado que tenía para recuperarse luego de jornadas de entrenamiento, de competencia o de su trabajo, pues en plena carrera activa, halló la forma, mediante sus tiendas de deportes o restaurantes, de crear empresa y generar empleo en el país y fuera de él.
Entendió, joven, que el deporte no duraría toda la vida y que era necesario invertir para garantizarle un futuro económico a su familia.
Se dio a conocer gracias a sus potentes y triunfales pedalazos, los mismos que lo llevaron a convertirse en el ciclista más joven de Colombia que llegó, en su momento, a Europa (19 años) gracias a la recomendación de uno de sus amigos y quien falleció trágicamente este año: Marlon Pérez.
En medio del espectáculo que brindaba como corredor, descubrió que con sus espontáneas y divertidas respuestas, estas también podrían ser la mejor imagen de campaña para darle un valor agregado a su vida como empresario.
Cobró tanta importancia que todo lo que se propuso lo logró. Tal vez se le escaparon títulos, pero mantenerse en el grupo de los mejores impidió que se retirara a más temprana edad. El tiempo no lo desperdició. Siempre dijo que si bien no venció en un Giro o Tour, su mayor triunfo fue ganarse el cariño de la gente, y esta siempre le respondió.
Se ideó entonces el Giro de Rigo, un certamen de gran fondo en el cual sí se convirtió en todo un ganador, sobre todo por la recompensa económica que le puede dejar a él, a su empresa y a las ciudades donde lo viene realizando desde 2018. Barranquilla será en 2025 su siguiente parada.
Y en esa experiencia, Rigo siempre se salió del molde. Además del evento deportivo, la gente parecía en una feria comercial, en un encuentro académico y hasta en una fiesta con artistas musicales
Rigo logró tanto respeto y admiración, que se dio el lujo de traer a Colombia a figuras del ciclismo mundial como Chris Froome, Tajed Pogacar, Wout van Aert, Alejandro Valverde, entre otros, quienes maravillados con lo visto y vivido se les ha escuchado decir que Colombia no es como lo pintaban antes, cuando se hablaba solo de droga y violencia. En sí, Urán se convirtió en un embajador, hizo que se recuperara la confianza hacia el país, tanto que otros referentes del exterior vienen a prepararse aquí para luego emprender sus desafíos atléticos.
Observarlo con personajes de la farándula se volvió normal, pero verlo al otro día dando vueltas en su bici en el velódromo de Medellín, y luego haciendo una pausa para comerse el almuerzo que le empacaban en una coca de plástico, era a la vez típico de este hombre humilde y ejemplo de superación.
Ahora tiene como objetivo jugar a nivel profesional un partido de fútbol, y ya se le ha visto, en redes sociales, cercano a equipos de historia buscando lograr ese sueño.
A sus 37 años, tras retirarse del ciclismo en 2024, dice que está disfrutando el tiempo con su familia, que ya hace deporte con menos presión y que con su experiencia adquirida desea compartir sus conocimientos a otras personas.
“No importa si se llega a ser profesional, pero cuando se crece con los valores del deporte el resultado es inmenso. Lo primero que se necesita es formar personas, que las instituciones y equipos eduquen a los muchachos, para que después tengamos deportistas”, comentó Rigo recientemente.
“Un trofeo, un título, una medalla olímpica... se van. Uno se retira joven del deporte. Yo tengo 37 años y ya estoy retirado, pero mi vida apenas va a empezar. A los deportistas les digo que hay que creer, trabajar, y sobre todo, tener disciplina. Me voy feliz, voy a seguir trabajando”, agregó.
Si bien le dijo adiós al alto rendimiento, verlo por todas partes da cuenta de que Rigo es un grande y que por ende, desde la función que desempeñe de ahora en adelante, seguirá vigente.