La caravana del ciclismo criollo, con su impactante destello multicolor, vuelve a serpentear a gran velocidad por las vías del territorio nacional con motivo de la edición 75 de la Vuelta a Colombia, pero quizá sin el interés esperado como en años atrás.
Frente a esto surge una pregunta en referencia a un certamen que ha servido como vitrina para que los nuevos talentos se muestren ante cazatalentos, para dar el salto al pedalismo europeo, para apreciar el potencial local en medio de nuestra imponente geografía y para que los amantes de esta especialidad en el país sigan vibrando con una actividad que ha brindado grandes satisfacciones:
¿Por qué la Vuelta a Colombia ha perdido tanto atractivo?
El pasado viernes, en Yopal, Casanare, fueron 166 corredores —53 de ellos extranjeros— en representación de 24 equipos, los que tomaron la partida en la tradicional competencia que se viene celebrando de manera ininterrumpida desde 1951, una historia que se niega a detenerse, más allá de los apuros que vive este deporte. En la presente temporada, debido a la falta de apoyo económico de los entes gubernamentales, se cancelaron tres pruebas de renombre: la Clásica de Girardot, la Vuelta a Cundinamarca y la Vuelta a Antioquia, las cuales permiten la consolidación de las actuales figuras de la ruta y el descubrimiento de futuras estrellas.
Clamor generalizado
Ante ese impacto del recorte presupuestal, y si bien hay ciclistas conocidos que compiten en la cita —entre ellos el vigente campeón Rodrigo Contreras (NU Colombia), su compañero Sergio Luis Henao, Óscar Sevilla (Team Medellín), Kevin Castillo (Sistecrédito), Alejandro Osorio y Jhonatan Restrepo (Orgullo Paisa)— es incierto conocer su nivel actual debido a la falta de fogueo.
“Estamos jodidos en Colombia (por la anulación de carreras este año), no nos ayudan. Es triste lo que se está viviendo. Falta más difusión en los periódicos. El llamado es que nos apoyen, empezando por la empresa privada, el Gobierno...”, comentó Sergio Luis, ganador de la Vuelta en 2010.
La falta de eventos hace que no haya una expectativa tan grande por la cita más importante del ciclismo en Colombia, sumado a la incertidumbre de si se va a realizar y al cambio constante de su fecha en el calendario. Por ejemplo, en 2021 se realizó en abril; entre 2022 y 2024, en junio; y en 2025, en agosto.
Jesús Piedrahíta, gerente administrativo del Orgullo Paisa, quien se mantiene tocando puertas y promoviendo eventos como carreras de fondo para generar recursos para su equipo y fomentar la práctica del ciclismo entre aficionados, va más allá al analizar el difícil panorama desde tres puntos de vista.
“Primero, nos está faltando trabajo en los municipios y provincias, de donde han salido los grandes talentos. Ya no vemos una generación que reemplace a Egan Bernal, Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Sergio Higuita”, expone.
Como segunda razón, señala la falta de patrocinios y la apatía de la empresa privada:. “Todo se lo han dejado al Estado, y este no puede con toda la carga” Por último, habla de la crisis financiera que vive el país. “Tenemos una respuesta negativa de apoyo al deporte por parte del Gobierno. Y eso se nota con la cancelación del Tour Colombia y con los aportes que no se están entregando a las entidades mayores, como el Comité Olímpico Colombiano. Todo ello influye para que eventos como la Vuelta no tengan la fuerza de años atrás”.
Pierde brillo
Pero también hay otros aspectos que impiden que la Vuelta, que había gozado de reconocimiento en el ámbito continental, sea tan seguida como lo era antes.
Si bien hay corredores reconocidos, como ya se mencionó, pocos —como Henao— regresan antes de su retiro a competir en suelo nacional. Por ejemplo, si Rigoberto Urán hubiera decidido volver a correr en el país antes de dejar el alto rendimiento en 2024, tal vez el giro criollo habría adquirido un toque de mayor importancia esta temporada, tal y como sucedió con Miguel Ángel “Supermán” López en 2023.
Ante esa escasez de ídolos en esta prueba de categoría 2.2 dentro del UCI América Tour, muchos deciden no salir a las calles a presenciar la caravana del pedal, como sí ocurrió el año pasado con el Tour Colombia, donde competían corredores de conjuntos del World Tour que generaban fervor entre los aficionados, quienes vibraban de cerca con ídolos que normalmente solo observan por televisión.
Además, a diferencia de certámenes de prestigio como el Tour de Francia o el Giro de Italia, que se pueden apreciar no solo por televisión sino también por diversas plataformas digitales y redes sociales, la Vuelta a Colombia lucha por mantener una audiencia fiel, sin una estrategia clara de comunicación ni marketing moderno que permita a las nuevas generaciones estar pendientes de su desarrollo. Son pocos los medios de comunicación que mantienen su propósito de informar, casi minuto a minuto, lo que acontece durante el certamen.
En una carrera que logró tener prestigio, con una rica historia de hazañas y en la que participaron grandes figuras, el llamado es a reinventarse, como lo hacen las grandes carreras del mundo, que desde su inicio generan atracción con exigentes recorridos, incluso partiendo desde otros países. Con sus figuras emergentes y corredores de primer nivel, en una nación donde se ama este deporte, se hace necesario un cambio, aún más pensando en el futuro de una actividad de la que dependen muchos.